Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Marzo de 2015

Lapidación

 

El escándalo de los supuestos hechos de corrupción que se habrían presentado entre un magistrado de la Corte Constitucional, un abogado litigante, de esos que se autodenominan “sofisticados”, y un exmagistrado y expresidente-negociante de la misma corporación alrededor de la selección y fallo de una acción de tutela que intentaba revertir el pago de una cuantiosa obligación monetaria, le ha servido a tradicionales enemigos de la Corte y de la acción de tutela, la oportunidad de lanzarse contra una y otra.

Como en el pasaje bíblico donde la mayoría descarga sus pecados en forma de piedras contra la mujer adúltera, aquítambién han abundado los hipócritas cuyo cinismo no les ha impedido lanzar la primera piedra.

Expresidentes que ahora claman contra la politización de la Corte, pero que no tuvieron vergüenza alguna para saltar de la Magistratura a la candidatura presidencial, acaballados en su fallos. O que ahora predican contra el litigio de los exmagistrados, pero no dudaron en escoger la tutela litigada contra el Proceso 8.000, por uno cercano, ni llevarse por delante más de 10 precedentes constitucionales para arrebatarle la competencia a la Corte Suprema.

 

Exministros que nunca han escondido su antipatía personal e ideológica por la Corte Constitucional y por la acción de tutela que estiman poco menos que subversiva porque su uso es siempre un abuso en tanto pone en peligro el “orden establecido”, uno donde ellos, “abogados sofisticados”, puedan insultar a los jueces impunemente o apropiarse de las acciones de las empresas estatales mediante fórmulas jurídicas “ingeniosas”.

De todo como en botica. De nada ha servido que esta Corte sea la misma que evitóla hecatombe de la segunda reelección o la que ha impedido que las mujeres cuando abortan, no solo pierdan un hijo, sino la libertad, o la que ha establecido que las medidas de aseguramiento en penal no pueden ser indiscriminadas u, horror de los horrores, la misma que ha dicho que los miembros de la comunidad LGTB son personas iguales en derechos y deberes a cualquier heterosexual. Todo parece olvidado a la hora del linchamiento

Hasta el Gobierno nacional decidióromper de un tajo la independencia de poderes, exigiendo renuncias y proponiendo procedimientos expeditos violatorios de la Constitución. Y todo ello con el silencio cómplice de la propia Rama Judicial, en la que, lamentablemente, cada dignatario tiene un interés propio, que no siempre coincide con el de la Administración de Justicia.

El pésimo precedente de ministros pidiendo la renuncia de magistrados de las Cortes, supongo que autoriza a los representantes de la Justicia a hacer lo propio. Por ejemplo, al Gobernador de Cundinamarca lo acaban de llamar a interrogatorio en la Fiscalía por supuesto comprometimiento en el “carrusel de la contratación”y ningún ministro ha salido a exigirle la renuncia. ¿Esperarán que lo haga el Presidente del Tribunal Superior?

¿Soluciones a la crisis? Más normas. Como siempre. No sépor quéno quieren darse cuenta de que el gran problema de la Justicia es de algunas personas a las que sus amigotes pusieron del lado equivocado de la baranda.  

@Quinternatte