“Siempre actúan con ventaja las aseguradoras”
ARRECIFES
Seguros y asegurados
UNA de las quejas más frecuentes del sector financiero es sobre la escasa cultura de los seguros que existe en Colombia, donde la gran mayoría de la población anda por ahícon sus vidas y sus bienes sin más seguridad que las estampitas de la Virgen del Carmen que suelen cargar en las carteras o adherir a casas, carros y negocios, para su bendición y protección. Hasta en una de las paredes externas de la Catedral Primada unos guasones escribieron: “Dios bendiga este negocio”.
Los ateos se hacen cruces, paradójicamente, por la irracionalidad de semejante comportamiento y hasta los creyentes comparten ese concepto expresado en el viejo dicho católico: “Aténgase a la Virgen y no corra (…)”, pero a juzgar por la ventaja con la que siempre actúan las aseguradoras, a veces es más razonable confiarles vidas y bienes a los dioses que a los pulpos financieros que controlan el mercado. Puede que los dos lo defrauden. Pero por lo menos los del Santoral no cobran primas por hacerlo.
La sentencia T-437 de 2014 de la Corte Constitucional es un reciente ejemplo de la escasa decencia que caracteriza el negocio de las aseguradoras en el país. Como cualquier comerciante de mala calaña, algunas de las empresas más respetables del país tienen por único fin y propósito tumbar a sus clientes o, por lo menos, incrementar sus ganancias a costa de la salud, vida o bienes de sus asegurados.
Esas mismas empresas cuyos presidentes se desgañitan hablando de lo importantes que son los policías y soldados de la “Patria”, que no es otra cosa que el lugar de sus negocios, no dudan en negarle a un viejo servidor policial incapacitado permanentemente para el servicio, el pago de un crédito amparado por una póliza colectiva. “Reticencia”es la palabra técnica que usan para endilgarle al asegurado responsabilidad en el ocultamiento de padecimientos que ni él mismo sabía que tenía cuando adquirióel crédito. Retrecheros es que son los aseguradores que siempre abusan de su posición dominante para ponerle trabas al asegurado que confióen las promesas que esos empresarios imprimen en brillantes folletos de promoción.
La misma sentencia da cuenta de otro caso. Una madre que murióde cáncer de seno dejando dos hijas huérfanas y un viudo que no solo debiólidiar con su dolor sino con la indolencia de una compañía aseguradora que insistía en perseguir sus escasos bienes para no afectar una póliza que amparaba la muerte del deudor. Otra vez la acusación de “Reticencia”fundada en la fecha especulativa de la dolencia y no en la cierta de su diagnóstico.
Esos usuarios tuvieron que acudir a la acción de tutela y llegar hasta la Corte Constitucional para que se les reconocieran sus derechos. A eso es que le apuntan las aseguradoras, a que la mayoría de sus clientes no tendrápaciencia, tiempo, ni dinero para litigar en su contra.
Falta que la Constitucional revise un caso de reclamación de reconocimiento de enfermedad profesional, para que constaten el grado de criminalidad a que pueden llegar los aseguradores. Y asíhablan de paz.
@Quinternatte