Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Diciembre de 2014

ARRECIFES

Coja, ciega y quieta

El   paro que aqueja parcialmente a la Rama Judicial, y que se ha prolongado demasiado, es la prueba de que en Colombia pasan muchas cosas graves pero ninguna importante, tal como lo definióun periodista extranjero.

La, ya de por símenguada, imagen de la Rama Judicial tiene en este cese de actividades una verdadera catástrofe que la ha hecho pasar de la tradicional figura de Cenicienta del poder público a la de indolente bruja madrastra que no tiene más interés que el suyo.

El sindicalismo judicial, que tuvo una figura de la talla de Jaime Pardo Leal, ha venido perdiendo todo su prestigio moral y jurídico hasta caer en la figura del Presidente actual de Asonal Judicial que no se ruboriza al disponer “el levantamiento del paro para entrar en vacaciones sin incurrir en ninguna ilegalidad”.

El problema gremial de los jueces y empleados judiciales es tan grave que ya ni siquiera tienen un sindicato único, sino que  van como los trabajadores carcelarios en camino de tener uno por cada pasillo donde haya un Juzgado.

Los dirigentes sindicales de los jueces colombianos incurren en un error histórico al hacer paros, huelgas y ceses de actividades sin tener en cuenta la tarea a la que se dedican. Es exactamente el mismo yerro del Consejo Superior de la Judicatura que trata a los jueces como obreros metalúrgicos y a los Juzgados como fábricas de estadística.

Hasta en el lenguaje de las providencias se les ha colado esa identidad. Ahora no se llaman Jueces o Magistrados sino ”Operadores Judiciales”. Semejante definición, como decía el gran Carlos Mejía Escobar, trae la imagen de un tipo en overol, con casco, código y una almádena, en lugar de mallete.

Semejante auto-comprensión de su función y sitio dentro de la sociedad, hace que los dirigentes sindicales judiciales crean que parar la Administración de Justicia es exactamente igual que un cese de Acerías Paz de Rio.

Ellos, que se suponen juristas, ignoran intencionalmente la característica constitucional de Servicio Público de la Justicia en la que sirven. Y por esa ignorancia es que los abogados litigantes, víctimas, sindicados, demandantes, demandados, etcétera, los tienen sin ningún cuidado. Nada distinto a cuando están trabajando a tope.

Esa misma indiferencia la tienen frente a la opinión pública y la expresan en esa frase decimonónica de que “Los jueces solo hablan en sus providencias”. En realidad desprecian a los usuarios, y por consecuencia a la opinión pública. Craso error.

 

Los conflictos asimétricos (y todo conflicto laboral es uno) se ganan con el apoyo de la opinión pública y ésta tiende a respaldar al que percibe no solo como débil, sino moralmente superior. Y eso justamente es lo que los dirigentes sindicales no han mostrado: ni moralidad, ni superioridad.

Cuando uno ve a dos de los mejores jueces de Garantías que ha habido, a punto de ser golpeados por sus “compañeros”solo porque quieren entrar a trabajar al edificio de Paloquemao o a la gente muriéndose porque no encontródonde presentar una tutela, llega a la conclusión de que los Jueces no tienen los dirigentes sindicales que se merecen.    

@Quinternatte