Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 9 de Diciembre de 2014

ARRECIFES
Con nexos o sin nexos

En  la década de los años 80, cuando en los Estados Unidos de América y en el planeta entero mandaba un vaquero llamado Ronald Reagan, emprendió,  junto a Juan Pablo II y a doña Margaret Thatcher, la mayor cruzada político-económico- religiosa de la historia contra el demonio comunista que aún respiraba en Rusia y todos sus satélites detrás de la Cortina de Hierro.

El capitalismo salvaje que ha causado las sucesivas crisis económicas que desde entonces se han sucedido (bonos basura, hipotecas subprime, Enron, Interbolsa) viene de esa época, cuando su tesis filosófica central se hizo dogma: el dios mercado solo necesita que el Estado no meta su nariz en sus sacrosantos terrenos. En la cruzada de esos tres fanáticos anticomunistas, Latinoamérica no salióindemne. La histórica reprimenda en público de Juan Pablo II al padre Ernesto Cardenal en Nicaragua y  el minado de los puertos de ese país por parte de Estados Unidos de América, son solo dos de los actos más simbólicos, pero no los más graves, que se hicieron para detener el comunismo que supuestamente encarnaba la revolución sandinista que triunfóen 1979. Esa revolución, la robada por la corrupción de Alemán y Ortega, soportóy fue protagonista de un escándalo que mostróhasta quépunto los fines políticos de un Estado (o de varios en este caso) pueden valerse de los más insólitos métodos en procura de obtener el triunfo de sus ideas.

El escándalo Irán-Contras, del que fue protagonista de primer orden el tristemente aún célebre teniente coronel Oliver North, evidencióhasta el extremo el pragmatismo de ciertos regímenes de moral doble.

Ahora en Colombia, desde la derecha más extrema, esa que tiene al Partido Republicano de EE.UU. como su Ubérrimo y a Reagan como su Uribe, se rasgan las vestiduras por la posibilidad de que en una Ley Estatutaria se reconozcan algunas conductas asociadas al narcotráfico como conexas con el delito político. A todos esos les conviene recordar la forma como la CIA, el Consejo de Seguridad de los Estados Unidos y el T.C. Oliver North, montaron la operación de financiamiento de la venta de armas a Irán y el suministro de otras a la guerrilla derechista de "Los Contras" que intentaban el derrocamiento del gobierno del Frente Sandinista de Liberación que gobernaba Nicaragua.

Descubrirán, sin mucho asombro, que todo hay que decirlo, que el gobierno de EE.UU., el mismo que se inventóla guerra contra las drogas, no tuvo el menor reato de conciencia para asociarse con narcotraficantes y usar sus rutas para importar unas cuantas toneladas de cocaína con el objeto de financiar con su producto la operación de "La Contra" nicaragüense. Nadie de la CIA fue condenado por eso. El TC. Oliver North terminóde candidato al Senado por el Partido Republicano y hoy es invitado habitual de los medios de comunicación para criticar al presidente Obama.

Como dijo monseñor Castrillón cuando recibía dineros de Carlos Lehder, a veces el dinero no importa de dónde viene, sino para dónde va. Pura conexidad teológica.

@Quinternatte