Las lecciones
El domingo 15 de junio cerróuna semana de esas que pocas veces tenemos la oportunidad de disfrutar en un país tan martirizado como el nuestro. Triunfo inobjetable de la Selección Nacional en su debut en el campeonato mundial de fútbol y derrota holgada, clara y limpia de Álvaro Uribe Vélez en las elecciones presidenciales.
Aunque nominalmente la elección se jugaba entre Santos y Zuluaga, la realidad política es que éste nunca fue capaz de quitarse la imagen de ser simplemente el hombre de Uribe. Un candidato con dueño y con guion. Tan poco independiente que hasta en sus rabietas y en sus malas prácticas terminópareciéndose a su titiritero.
No solo fue el escándalo de las chuzadas de Zuluaga, tan parecido en sus métodos a las de Uribe, o sus metidas de pata en los debates o su “loca de las naranjas”, lo que lo mostraba como una mala copia de su patrón, sino que al final, cuando tuvo la gallardía e independencia de reconocer el inobjetable triunfo de Santos, Uribe se apresuróa desautorizarlo en un discurso tan desafortunado y antipatriótico como solo pueden ser los de él.
Ahíaparecen de cuerpo entero los primeros derrotados: Uribe, Zuluaga y todo lo que propuso el último e hizo y deshizo el primero en sus 8 años de gobierno. El discurso de Uribe descalificando los resultados, terminópor convencer de su voto a muchos de los que sufragaron vergonzantemente por Santos.
Derrotada también es Marta Lucía Ramírez. Aunque se presentócomo candidata del Conservatismo y logróvalientemente esa nominación en una convención hostil, al final terminódándoles la razón a quienes siempre la vieron como una ficha más del uribismo y ahora fundadora del pastrano-uribismo, esa extraña alianza entre el crítico del Caguán y el de Ralito.
En contrario es triunfadora absoluta Clara López. La votación de Bogotáque junto con la de la Costa Atlántica terminósiendo decisiva en la reelección de Santos, puede ser reclamada ampliamente por la señora López. Sin renegar ni un ápice de sus convicciones de izquierda, entendióperfectamente, a diferencia del senador Robledo, que en estas elecciones estaba en juego, más alládel solio presidencial, el modelo de democracia. Uno, con Santos, donde cabe incluso el modelo económico que sueña Robledo; y otro, el que hubiera sido con Uribe reinstalado en el poder en cuerpo ajeno.
Más alláde triunfadores o derrotados políticamente, hay uno que es el gran ganador de la jornada electoral: el Registrador Nacional del Estado Civil, que fue capaz de liderar la organización electoral que, por primera vez en la historia, entrególos resultados en tan solo 45 minutos. Toda una marca para cualquier democracia. Con semejante celeridad y claridad, se necesitaría ser bien orate para cantar fraude.
Asícomo ganóla Registraduría, también triunfóuna encuestadora: Cifras & Conceptos, de César Caballero, que le acertóal resultado con precisión casi absoluta. Buen desquite después de la primera vuelta.
Al final ganaron las futuras generaciones, todos votamos por un país mejor, uno en el que las únicas chuzadas aceptables, sean de amor.
@Quinternatte