HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Marzo de 2014

Políticamente (in) correcto

 

Corría  el minuto 52 del partido que jugóhace 10 días Junior en Barranquilla, cuando Juan G. “Carachito”Domínguez convirtióen gol el penalti que definióese encuentro y saliódespedido como un loco poseso a gritarlo en la cara de Leonel Álvarez, el entonces director técnico del Deportivo Cali.  Rodilla en tierra, en ademán de disparar un arco contra un blanco no definido, el “Carachito”protestócontra el maltrato de que habría sido objeto su hermano Álvaro en el Cali.

Los defensores de la moral cristiana, de las buenas maneras futbolísticas, del politicorrectismo, saltaron inmediatamente escandalizados a pedir sanciones ejemplares contra semejante actuación que calificaron como crimen de lesa deportividad.

El escándalo de los medios sobre el tema corriópor cuenta de algunos de sus más beligerantes y violentos comentaristas. Los mismos que azuzan desde sus emisoras y canales contra los dirigentes “ineptos e ignorantes”, que no bajan a los árbitros de  “ladrones”, descalifican a los técnicos como “de estómago”y a sus colegas por “disc jockeys”, ahora se rasgaban sus vestiduras escandalizados por el mal ejemplo del “Carachito”.

Hipocresía pura. Lo que hizo el jugador del Junior no es nada diferente de lo que hacen los medios a diario o de lo que cada habitante, no del país, sino del planeta entero, quisiera hacer de vez en cuando. Un pequeño desquite. Una pizca de venganza, tal vez. Mucho de justicia poética, de esa que a veces aparece para permitirle al dolido o al ofendido, una sonrisa interior, una ceja enarcada, un mohín que alivia el alma. Como ese sonoro madrazo después de un machucón.

Lo del “Carachito”no es nada diferente de lo que hizo un director de Semana al que los trabajadores tumbaron como Ministro de Comunicaciones. Apenas regresóa la revista, la primera portada que dirigióse llamó“La Oligarquía del Overol”, un artículo donde “denunciaba”los privilegios de la clase sindical. Puro desquite.

 

Al “Chiqui”Garcia que echóa J.C. Osorio de Millonarios llamándolo “Recreacionista”El Tiempole recordóese detalle cuando el Once Caldas de Osorio “se recreó”con el Millonarios del “Chiqui”en Manizales. Pura justicia poética.

 

Obvio que lo políticamente correcto es no desquitarse. O por lo menos no gozar del desquite. Disimular, con flema británica el dolor de los golpes o la satisfacción de la revancha, asíno sea dada por mano propia.

 

Puede que lo contrario sea criticable, pero ah humano que es. Quien no haya pecado que tire la primera piedra. Negarle el puesto privilegiado en la fila del cine al profesor tirano que nos atormentó. O alegrarse del fracaso matrimonial de la exnovia con aquél por el que lo dejóo de la quiebra del que lo maltratóen su empresa. Son pequeñas satisfacciones, tan naturales como hipócritamente descalificadas.

Hay opciones moralmente más aceptables, como esa de poner la otra mejilla. Pero no creo que haya nada más gratificante que ver al cazador, cazado. No estámal que a los victimarios, alguna vez, asísolo sea una, les toque la suerte de las víctimas. Asíno aprendan. 

@Quinternatte