Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Sábado, 22 de Agosto de 2015

“El hombre es principio y fin de todo”

UN LÍDER Y EDUCADOR

La cultura en la región Caribe

 

SEGÚN  el líder, educador y humanista José Consuegra Higgins, fundador de una de las mejores universidades de la región Caribe, la Simón Bolívar, -cuenta con 12.000 alumnos-, la más humillante de las desigualdades sociales es la que hace relación con la formación educativa de las nuevas generaciones.

Las grandes potencias se explican en gran parte por el aprovechamiento que hacen del subdesarrollo mental de los países tercermundistas. Así como existen los privilegios de la riqueza, también los de la educación: dos formas de injusticias capaces de conmover los cimientos de una nación. La Universidad Simón Bolívar, en su momento constituyó toda una revolución pacífica, pues José Consuegra Higgins demostró que se podía dar educación de alta calidad, desde el sector privado, cobrándoles a los estudiantes sumas moderadas. Antonio Cacua Prada acaba de entregar a la comunidad académica y al país en general una obra valiosa, La vida de José Consuegra Higgins. Son 450páginas que se leen con fervor, con admiración y con gratitud. Los países que no exaltan a sus más des­tacados apóstoles, no los merecen.

En este volumen se analiza la vida de un hombre antorcha, pues José Con­suegra Higgins, no solo fundó la Universidad Simón Bolívar y publicó 32 libros medulares; también practicó el más admirable altruismo con inte­lectuales, docentes, escritores, jóvenes inteligentes carentes de recur­sos y con cuanta persona le pidió ayuda y protección. Lo que daba su mano derecha, lo ignoraba la izquierda. Como ‘maestro de maestros’ en economía pública, se opuso implacablemente al ‘capitalismo salvaje’. Re­petía que el dinero además de dar derechos, también imponía obligacio­nes. Y no sólo las constituciones obligan a la plata a cumplir una función social. La solidaridad, la cooperación, la convivencia aconsejan dar y dar a manos llenas. Juan Montalvo escribió: ”Señor dadme. Pero no me des demasiado, no sea que la abundancia me corrompa y me haga renegar de vos".

La codicia llena la conciencia de remordimientos y el cuerpo de úlceras. Según Antonio Cacua Prada, el meritorio educador José Consuegra Higgins supo darle una dimensión de altura a su vida; prefirió dar el impulso a recibirlo; no le temió a la competencia, le temió a no ser competente. Su prosa era densa. Movía más ideas que palabras. Era un conductor que conducía. Antidogmático, pluralista, gustaba de la controversia civili­zada. Vivó en el ojo del huracán.

Una de las grandes teorías, en los enriquecedores libros de José Consuegra, es la defensa del capital humano. Citaba el ejemplo de Japón, Suiza, Israel, para demostrar que a pesar de ser países no sólo pequeños, sino pobres en recursos geográficos y sin embargo por lo avanzado de la cien­cia y la tecnología en los ciudadanos, eran poderosos en economía.

Cualquier riqueza depende en un 80% del adiestramiento humano. La industrialización, el desarrollo, el avance, no se pueden lograr si el elemento humano es ignorante, mediocre e incapaz.

El hombre es principio y fin de todo. El capital humano es absolutamente irremplazable. Donde hay inteligencia hay creatividad, innovación, recursos, resultados. El torpe todo lo paraliza y lo frustra.

Hoy la Universidad Simón Bolívar está en manos de José Consuegra Bolívar y Anita de Consuegra, quienes no sólo la han consolidado, sino que la han impulsado poderosamente en calidad, cantidad y en el terreno científico.