Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Sábado, 13 de Junio de 2015

EGREGIO CAUDILLO CONSERVADOR

50 años de la muerte de Laureano Gómez

El  expresidente y estadista Laureano Gómez murió hace medio siglo en Bogotá  -13 de Junio de 1965-. Nació en esta misma capital el 20 de febrero de 1889. Sobre este poderoso caudillo escribió el prestigioso pensador César Montoya Ocampo: “...Laureano Gómez era macizo, tensa la frente, el cuello grueso, profunda la mirada, prominente y ligeramente convexa la nariz, contundente la voz, exhalando un desafiante soplo colérico. Su nombre llenó el gran Fiscal de la República...un muro de contención contra la corrupción...”

Jorge Eliécer Gaitán, Carlos Lleras Restrepo, Laureano Gómez y otros, en cierta época de los radicalismos partidistas, -hegemonías azules y repúblicas liberales- fueron hasta cierto punto, en algunas etapas de sus vidas, políticos fundamentalistas. En la tribuna, en los escritos, todos los líderes, ocultaban en sus frases odios temibles, amenazas, imprecaciones. Alfonso López Pumarejo tuvo la idea milagrosa de concebir en Medellín la idea del Frente Nacional, para que reconciliados y unidos, todos lucháramos por la grandeza de Colombia. A Laureano Gómez le debe Colombia multitud de realizaciones: Ecopetrol, el más ambicioso plan en el campo de la infraestructura. Involucraba el rescate del río Magdalena y unificar a toda Colombia por medio de carreteras y ferrocarriles.

El exigente Instituto Caro y Cuervo en ocho volúmenes publicó parte de la obra ensayística, sociológica y política de Laureano Gómez. Como intelectual y periodista puso en circulación muchísimos escritos. Citemos algunos: Comentarios a un Régimen, La vida de Pedro Nel Ospina, El Cuadrilátero -GandhiHitlerMussoliniStalin-, Pablo Neruda, El fiscal Moreno y Escandón...

El autorizado escritor liberal Abelardo Forero Benavides dijo de Laureano Gómez: “...Correrán muchos decenios sin que el país vuelva a ver figuras tan destacadas como Laureano Gómez... cada medio siglo o cada cien años surgen hombres como Núñez. Mosquera, Caro o Laureano ...”.  Vargas Vila en su libro Mil viaje a la Argentina -se encontraron en Buenos Aires siendo Laureano embajador- opinó: “Laureano dominó la escena política colombiana por su sólida cultura, la entereza de su carácter y la roca inexpugnable de sus convicciones”. El poeta Guillermo Valencia escribió: “La elocuencia de Laureano es chasqueante como un látigo, luminosa como el relámpago y fatal como la cuchilla de la guillotina que cae”. En mi obra -varias ediciones agotadas- sobre Laureano expresé: “...Este caudillo, como moralizador de la política nadie lo ha superado... contribuyó a lanzarnos de la cima de un siglo a otro... las controversias que suscita su nombre jamás terminarán...”

Como presidente del Centro de Estudios Colombianos organizamos actos académicos para recordar las enseñanzas de este líder memorable. El Directorio Nacional Conservador y varios centros culturales llevarán a cabo eventos relacionados con su obra en todos los campos de la cultura y de la política.