HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 3 de Noviembre de 2013

En la Dirección de la Academia

 

Una  Academia es en relación con una comunidad, lo mismo que representa el cerebro en relación con el cuerpo humano, su parte más trascendental y luminosa.

Según el exministro Carlos Martínez  Simahan, -pasó a la presidencia de la Academia del Pensamiento Conservador y Humanístico y Alberto Abello a la Dirección- todo centro académico cumple una función estratégica en el terreno de la elaboración de proyectos y programas claves para los gobiernos, los partidos, las empresas y el sector privado. En el caso concreto de la Academia del Pensamiento, han sido muchas las iniciativas que ha logrado convertir en fecundas realidades con el espíritu receptivo de los gobernantes y los ejecutivos. La Banca de las Oportunidades -idea feliz que llevó al mundo financiero a los estratos uno y dos- ha significado 7 millones de micro-préstamos al sector más paupérrimo de Colombia.

Con frecuencia decimos, Colombia no es un país pobre, sino una nación mal administrada. Los gobernantes de turno se dedican con carácter urgente a apagar incendios, haciendo lo que apremia y no lo más trascendental. Lo perdurable se posterga, se aplaza o se desconceptúa. Carlos Martínez Simahan ha dedicado años de estudio, con la asesoría de expertos para el tema de La Mojana, consistente en los gigantescos desastres ocasionados por las inundaciones en invierno de vastos territorios costeños.

Los grandes problemas nacionales hay que convertirlos desafíos. Solo el pusilánime se frustra ante la dificultad y la hostilidad. El Dr. Ospina Pérez y Álvaro Gómez Hurtado al fundar el CEC -Centro de Estudios Colombianos- lo hicieron con el fin específico de hacerle aportes trascendentales al país. De este centro de estudios -que me honró en presidir- surgieron proyectos redentores. Su presidente Rodrigo Llorente implantó las “UPAC” que dieron vivienda a dos millones  de colombianos. Rodolfo Martínez Tono propuso la creación del SENA. En la administración de Guillermo León Valencia -1962-1966- yo propuse dos cosas vitales: El Ejercito Antiguerrilla, con uniformes camuflados, -se inauguró en Vietnam por EE.UU.- y el pago de sumas cuantiosas a los cooperantes de la justicia. Esto incluyó el Juez sin Rostro, identificar con huella dactilar al delator y otros aspectos sustanciales. El proyecto se estructuró en el libro titulado Teoría Gorgona, un sistema para erradicar el terrorismo. El libro, con 7 ediciones, tuvo prólogos y presentaciones del mismo presidente Dr. Valencia. Roberto García-Peña -me hizo colaborador de El Tiempo-, Alberto Ruíz Novoa, ministro de Guerra en los 60s.del Dr. Guillermo León.

Al tomar posesión Alberto Abello de la Dirección de la Academia del Pensamiento Conservador y Humanístico, expresó el espíritu innovador del conservatismo. Julio Arboleda, Mariano Ospina Rodríguez, Caro, Laureano, Belisario, han dejado huellas profundas en los memorables éxitos nacionalistas. Igualmente prometió el Dr. Alberto Abello tratar de convertir en realidad una revolución ecológica consistente en arborizar, con criterio económico y social, inmensas zonas del oriente del país. El Canadá lo ha hecho con impresionantes beneficios económicos.

Con Carlos Martínez Simahan y Alberto Abello en la Academia del Pensamiento gana el conservatismo y gana Colombia. Se trata de dos poderosos abanderados de la acción y del pensamiento. Al mundo lo mueven las ideas. La esterilidad mental es la muerte.“Hay que pensar en las próximas generaciones, no solo en las próximas elecciones”.