¿Libertad? De prensa
Siempre ha existido en Colombia un segmento de periodistas jamás protegido por el Estado; es aquel llamado “periodismo independiente”, integrado por personas que hasta han muerto en forma anónima o sin la protección estatal. Por eso nos parece valiente la actitud de la Fundación Guillermo Cano, que hizo un reconocimiento así fuera retórico sobre la función de la prensa en Colombia y el mundo.
Los “independientes”, al hacer público lo público, como lo ocurrido en un municipio cercano, las amenazas y denuncias aparecieron contra ellos y, especialmente contra los periodistas que denunciaron las anomalías. La valerosa posición asumida por el escritor- periodista Gerney Ríos González, presidente de la Asociación de Comunicadores Sociales en este tema, es digna de destacar y de darse a conocer para que se promueva la protección en favor de este periodista y de sus colaboradores.
Una grave situación para el ejercicio de la actividad periodística se encuentra, paradójicamente, en el mecanismo por antonomasia de protección de los derechos fundamentales en Colombia, la acción de tutela, puesto que muchos jueces de primera instancia han concedido el amparo a su buen nombre contra periodistas y medios de comunicación, incluso a señalados narcotraficantes, lo que llevó a que muchos de los procesos finalizaran en la Corte Constitucional, situación que se resume en un catálogo de casos emblemáticos y abundantes decisiones jurisprudenciales relacionadas con los hechos noticiosos divulgados a través de los medios de comunicación y su proyección en los derechos a la intimidad y a la información; la Corte Constitucional, ha dejado en claro que una de las condiciones para defender el derecho a la información, la constituye la veracidad de los hechos.
Debemos fortalecer los acuerdos para el ejercicio del periodismo independiente como lo plantea la Fundación para la Libertad de Expresión -Fundalex-, para hacer más efectivas las medidas sobre el particular.
Un problema de los medios de comunicación, particularmente en Colombia, es su dependencia de la pauta publicitaria gubernamental o que son parte de algún holding empresarial que les inhibe informar con veracidad algunas noticias, sin que realmente primen los intereses de la sociedad, sino el rating, lo cual ha ocurrido aquí y en otros países más grandes o más pequeños, como el caso de la República Dominicana. Por eso, ha señalado Hans Joachim Schneider, que “no constituye una novedad afirmar que la prensa moderna escrita, oral y televisiva, es por lo común una prensa de empresa, es decir, sin grandes convicciones y sin más fines que los de una gran difusión que aumente sus beneficios”.
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