HENRY BRADFORD SICARD | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Febrero de 2014

Cumbre en Cartagena

Esta  semana se efectuó la VIII cumbre de la Alianza del Pacífico en la ciudad de Cartagena, con la activa participación de los presidentes de Chile, Perú, México, y Colombia. Dicha Alianza, creada hace tres años, tiene como objetivo fundamental abrir las fronteras entre los cuatro países buscando una fuerte integración económica, comercial y de libre circulación de capitales, bienes, servicios y personas. Nos posibilita acceder a un mercado potencial de 212 millones de habitantes, con economías más abiertas y dinámicas, con una clase media en aumento, generando grandes oportunidades para nuestros compatriotas; adicionalmente,  se enfocarán recursos conjuntos para desarrollar programas enfocados a temas de educación, medio ambiente e infraestructura

Para muchos sectores de nuestra economía son muy buenas noticias porque podremos consolidar las operaciones en los países miembros de la Alianza; pero más significativo que esto, es el acceso en bloque a mercados muy importantes de todas las latitudes, aprovechando los acuerdos que tienen los países por separado. Como es usual con nuevos acuerdos comerciales y económicos, no son buenas noticias para todos los sectores; precisamente la Asociación Colombiana de Agricultores (SAC) enfatizó en que este acuerdo le traerá gravísimos problemas al agro y retiró su apoyo al proceso. Un número elevado de productos del sector agrícola son comercializados actualmente con los países miembros de la Alianza; con las nuevas medidas, se negociarán productos con aranceles cero, principalmente algunos de los que califican como sensibles, lo cual traerá consecuencias a los campesinos.

Soy un convencido de que el futuro del país está en el campo, pero considero que con aperturas de estas características, donde nuestros campesinos se tendrán que enfrentar a una competencia más desarrollada e industrializada, se hace necesario que el Gobierno, a través de políticas agrarias concretas, haga un esfuerzo grande por transferir recursos de sus arcas para invertirlos en investigación y desarrollo de este sector; tenemos un gran potencial en el agro pero debemos industrializarlo y hacer los procesos mucho más eficientes para poder competir en los mercados internacionales. Adicionalmente, las inversiones en infraestructura, que ya se están ejecutando, se convierten en un punto fundamental e indispensable para que nuestros campesinos puedan movilizar sus productos dentro y fuera del territorio nacional.

Por otra parte, considero que con esta integración económica y comercial, podremos proyectarnos de forma más robusta al mundo entero, principalmente con países en el Asia Pacífico, muchos de los cuales han indicado su interés por apoyar la iniciativa que viene tomando forma en esta zona del mundo a través de la Alianza. Países como Singapur, India, Marruecos, Israel o Finlandia, han solicitado la admisión a la Alianza del Pacífico como observadores.

Un país que ya empezó a estrechar los lazos comerciales con Colombia, es Taiwán, que acaba de empezar labores con la nueva oficina comercial de Taipei y con la que esperan triplicar el comercio entre los dos países en un plazo de tres años; este país con un PIB per cápita de 21 mil dólares, está interesado principalmente en productos agrícolas (frutas y verduras).

Grandes oportunidades se avecinan con este escenario.