GUILLERMO LEÓN ESCOBAR | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Diciembre de 2013

Pensando la educación

Es claro que este gobierno se ha empeñado en hacer las tareas que exige el país y en muy buena parte ha recuperado iniciativas y trayectos ya recorridos por algunas administraciones anteriores de este milenio. Aunque gentes  aún se empeñen en no valorar las tareas cumplidas por Pastrana y algunas del primer período Uribe, en Colombia se acabó el “adanismo”  y se va afianzando con Santos un camino interesante no carente de riesgos no solo en los temas atinentes a la paz sino en aquellos que tocan el “re-encarrilamiento del  país.

Pero es bien cierto que no se puede acertar en todo y uno de los desaciertos es el tema de la educación, la instrucción, la capacitación y en definitiva la “Cultura”. La Ministra de Uribe realizó una buena tarea en torno de la cobertura. Cecilia tenía entidad y logró mucho en la extensión pero dejó pasar los otros temas que no le eran de interés. Tuvo éxito, sí. Los pobres van a clase; la pregunta es: ¿a qué? Y las respuestas son múltiples pero desacertadas.

María Fernanda Campo ha pasado con más pena y sin ninguna gloria. El fracaso es real. La señora Parody se ocupa en la instrucción y de la capacitación ha tenido la suerte de estar al frente del SENA que genera resultados independientemente de quien lo dirija; allí se crean empleados y  obreros. La vida universitaria ha quedado a la deriva pues para darle rumbo y dinamizarla se requiere de un universitario de verdad y eso no se le puede pedir a la Ministra. Queda la Cultura en donde es preciso reconocer que el ministerio encargado de ella hace buena presencia. A la señora Campo le quedaba crear un modelo educativo para la formación humana y ciudadana con valores ciertos que nos humanicen y habiliten para la convivencia y eso no se hizo porque para hacer esas cosas se necesita conocer, saber y haber practicado el difícil arte de saber hacia adonde y porqué se va.

Eso lo hizo en su tiempo el Gimnasio Moderno; hoy lo hacen instituciones como Los Cerros por mencionar alguna y hubo en el pasado pequeñas entidades creadas por padres de familia o por entidades religiosas que se sabía qué clase de ser humano y de ciudadano formaban.

A este respecto vale aquello que reza que por sus frutos los conoceréis. Baste  abrir los periódicos, escuchar la radio, ver la televisión, asistir al doloroso espectáculo de las  declaraciones de algunos dirigentes y tener que aceptar -así sea a regañadientes- que es el punto en donde más hemos fallado. Lo de PISA tiene arreglo. Educación es lo que falta. Y hay gente que de eso sabe. Baste mirar a Cundinamarca orientada por quien de estas cosas entiende. Está en juego el porvenir. La higuera que no dio fruto fue cortada; proteger la familia, sembrar valores en la escuela, en los colegios y en la universidad son desafíos centrales para asumir que el posconflicto exige una sociedad nueva.

guilloescobar@yahoo.com