CAMBIO ES RADICAL
El Papa Francisco
Que a todos sorprende el Papa es algo más que cierto. Por lo general quienes compran información no llegan al asunto indicado ni en el momento indicado; por lo común trasnochan el evento y lo reciclan. Acabamos de terminar un gran evento sobre “el anuncio del Evangelio en la Era Digital” con la participación de gentes que conocen de lo uno, de lo otro o ya de ambas cosas. Francisco clausuró el encuentro y dejó claramente ver que el Cambio que se avecina es radical (de raíz) y que de ninguna manera se trabajará en su gestión como Obispo de Roma bajo los criterios de Lampedusa de agitarse, moverse para permanecer en el mismo sitio y aprovechar con cinismo el cambio al que se opusieron.
Reflexiona el Papa sobre “La alegría de anunciar el Evangelio” y lo hace con gracia, misma que le permite ser espontáneo y desafiar a quienes creían saberlo todo a enseñarlo a unos jóvenes que son “nativos digitales” y no como la inmensa mayoría de nosotros que apenas somos “migrantes digitales” que difícilmente percibimos lo que en verdad está ocurriendo en la dinámica del mundo de hoy.
Magistral cuando invita a dejar atrás el excesivo clericalismo y convoca a que “el pueblo de Dios” (laicos) asuman lo que corresponde, especialmente a través de la política, que es una de las más altas formas de la caridad cuando es asumida en espíritu y en verdad por aquellos a quienes realmente duela la pobreza y no “usan” el término para un éxito electoral que olvidarán la noche misma de los resultados electorales.
El “Bien Común”, tema ineludible de la Era digital que tiende a afirmar egoísmos. Frente a esto Francisco convoca a quienes sean capaces de dar un paso al frente para derrotar la depresión y tristeza de los individualismos a punta de Evangelio vivido. Doctrinalmente nada cambiará pero como sucedía con las partituras de Beethoven interpretadas por Von Karajan, la partitura es la misma, el ritmo es diferente y lo será también -ya lo está siendo- las emociones y compromisos que convoca.
Punto y aparte. Encontrarse con Georg Gänswein el Secretario del Papa Benedicto luego de verlo caminar a lo lejos con el Papa que se desvanece es la oportunidad de saber que si bien los años cumplen con su trabajo inclemente el brillante pensador y organizador de la doctrina conserva su creativa serenidad y avanza en los compromisos de una “escritura” que no cesa.
Un Papa se desvanece, otro irrumpe y Don Georg que vive con el uno y trabaja con el otro observa cómo el mensaje “siempre antiguo y siempre nuevo” convoca de nuevo a la humanización de las sociedades que se van sucediendo.
Los dos Papas saben que están cerrando una época e inaugurando otra y lo hacen con delicadeza y decisión. Frente al optimismo pasajero de los éxitos fáciles se saben portadores del valor cristiano de la esperanza que nos sobrevive en las viceversas y en los logros por construir un mundo mejor.