Gracias Benedicto
Sea como profesor Ratzinger, sea como perito participante en el Concilio al lado de uno de los cardenales más vinculados a las ideas del Bien Común como lo fue Frings, sea como el gran combatiente confrontando el relativismo por más de 40 años , sea como defensor de la doctrina segura en el dicasterio de doctrina de la fe y fiel amigo de Juan Pablo, y finalmente como Papa tan solo se puede ser agradecido con este hombre de débil contextura pero lleno de fortaleza en el espíritu, el carácter y la inteligencia.
Nunca antes fue la crítica tan inclemente, pero tampoco faltó quien desde el saber y desde el testimonio supiera responder. Cargó sobre sus hombros los pecados de muchos y luego del iluminado pontificado de Juan Pablo supo que su destino era guiar en el cruce del desierto como nuevo Moisés que ahora entregará la antorcha a un Aarón para que haga su ingreso en la tierra prometida de la Nueva Evangelización.
El terreno queda preparado; venció todas las batallas si es que hay una mirada objetiva en quien analiza ya que para la gente que se mueve sin opinión personal una Iglesia puesta al día es aquella que esté de acuerdo con lo pasajero de la moda , que no acepta que el límite de toda libertad es asumir responsabilidades ciertas y que en definitiva todo lo que es posible no necesariamente es portador del bien y que tampoco la corrupción reglamentada y permitida por las leyes tiene por ello el sello de la ética.
Benedicto vino a recordar que el ser humano es el centro del vivir y a su dignificación ha de orientarse todo lo que natura da y lo que la inteligencia elabora ya que se trata de crear para las generaciones por venir un mundo mucho más humano.
Hoy los contradictores inteligentes que son pocos pero son -y ojalá fueran más-lamentan el retiro de Benedicto. Un pensador se retira a la oración, a la meditación y a preparar su llegada a la Casa definitiva. Lógico que quienes frente a él optaron por la lucha ideológica -que no es el terreno de la verdad- seguirán encontrando slogans para disminuir su significado en la historia de una humanidad que al justipreciar los dejará en el olvido y a este ser humano de excepción lo recordará porque estará vigente en sus criterios orientadores.
Han sido varios los medios de comunicación que han arremetido contra él esta semana y claramente se ha visto que no son los “medios” los responsables de esos ataques sino los “enteros”.
Nos deja toda una “Suma Teológica”; diversos análisis sobre el mundo de hoy entre ellos la Carta Caritas in Veritate, certeramente nombrada como la Rerum Novarum del siglo XXI ; y la sencillez de alguien capaz de aplicar aquello de suave en los modos contundente en las decisiones.
Benedicto, ahora, se desvanece para ingresar en la historia. Su recuerdo crecerá y solamente tendrá sentido la palabra “Gracias” porque ha sido una gracia para la humanidad.