NO DESCANSA
Los trabajos de Francisco
ESTE Papa Francisco no descansa. Las gentes conocen su simpatía arrolladora y siempre llena de originalidad. Han sido testigos de su confrontación con la mafia y con las corrupciones que internamente ha descubierto y nos ha permitido a quienes opinamos estar atentos a los pasos que ha venido dando para superarlas. No se nos ha colocado mordaza alguna en el oficio de opinar como algunos lo quisieran porque se sabe que la información es una contribución a la transparencia. Francisco -dulce y amable en lo pastoral- sabe ser enérgico y fuerte en lo que lo amerita.
Se vio confrontado con el grave problema del abuso de niños y sacó “el fuete” y puso las cosas en orden. ”No le tembló la mano y puso la cara“ -en Colombia se usan estas frases como recursos retóricos- y tocó todos los niveles con sus decisiones.
Los enemigos de la Iglesia interesados en la crítica pero no en la solución se vieron superados por este Pontífice que llama pan al pan y vino al vino. Buscaron entonces otros temas y trataron de colocarle “trampas” desafiándolo a discutir argumentos como los vinculados a la vida, la muerte, la sexualidad y la familia y se confrontó para acostumbramos de paso a que el diálogo debe darse en todos los temas porque es una cierta oportunidad para anunciar la Buena Nueva y para ello hay que prepararse.
Entonces continuaron buscando por donde golpear y se toparon con la tarea que se cumple en los terrenos de la innegable corrupción de “algunos” en el manejo de las finanzas vaticanas. Si la Santa Sede maneja dineros, recursos, propiedades, inversiones y demás tejemanejes del mundo financiero es para atender a los pobres del mundo y tener la garantía de poder desempeñarse con libertad . El IOR -mal llamado hasta hace poco Banco Vaticano- estaba enfermo y grave. Era una enfermedad que había que tratar y Francisco tomó desde el comienzo la sartén por el mango y se ha metido en ese laberinto del que no cabe duda alguna saldrá bien librado. Aplicando parábolas la cizaña había crecido junto al trigo y ya era reconocible y empezó a cortar y eso levanta prevenciones y a menudo odios. Se necesitaría mucho espacio para contar los prodigios realizados en la siega.
La mafia y otras fuerzas ocultas se han dedicado a escarbar en el buen suceso económico de algunas personas de la Iglesia ministerial advirtiendo que todo es legal y honesto pero pretendiendo contraponer el bienestar económico individual a la pobreza que ha elegido Francisco para sí y para la Iglesia.
Es bueno afirmar que las riquezas en tanto que subordinadas al bien común y a la solidaridad no son malas. El mal trabajador culpa siempre a la herramienta. Siguiendo a Margaret Thatcher habría que estudiar a fondo la Parábola del Buen Samaritano que enseña el uso de las riquezas cuando legítimamente adquiridas son justamente empleadas en beneficio de todos. El asunto es el uso de las riquezas y no resultar esclavo de ellas.