AUTONOMÍA
La marca del Zorro
Lo único envidiable es el diseño de la “Marca del Zorro” con los tres movimientos de la espada invisible. Con el ingreso de Marta Lucía la familia del Zorro ha quedado completa y ella continuará siendo, entonces, su “jefe de debate”.
Un golpe contra la inteligencia y el sentido común -su mayor expresión- ha sido la urgente adhesión de la Ramírez a Zuluaga. Los votantes conservadores disciplinados que votaron por ella la creíamos libre pero todo parece indicar que el pacto es muy anterior y realizado con Uribe; era cierto que ella era el “Caballo de Troya” infiltrada para desnaturalizar toda candidatura conservadora.
Sin duda alguna la excandidata es inteligente como lo son tantas mujeres colombianas con la diferencia de que las hay como Clara López que logran decir más con menos palabras.
Lo inaudito es que ahora la señora aparece diciéndonos por quien debemos votar como si fuera la tutora de nuestros criterios en una clara falta de respeto a los electores que no tenemos dueño y más aún lo hace desde la Casa del Partido que debiera ser utilizada con la autorización de los que tienen alguna legitimación para hacer uso de ella.
Los casi dos millones de votos -que ella debe agradecer- no son de ella sino de cada uno de nosotros y la decisión es personal y no puede ser guiada por una inteligente dama que todavía el 9 de septiembre de 2009 estaba a la búsqueda de un partido que la acogiera luego de haber estado en la cercanía de Samper, de Pastrana, de Uribe y de ser trashumante por los diversos partidos nuevos hasta su ingreso en el ámbito conservador.
La excandidata realizó una buena campaña, no se puede negar, pero sorprende que haya adquirido esa “uribiana” capacidad de decidir sola y creer que acierta. Eso le queda bien al senador Uribe que tiene a plenitud todo el lujo de características que Teodoro Adorno atribuía a los líderes de “personalidad autoritaria” que son aquellos sembradores de tormentas en las sociedades que habiendo llegado a la cima se desplomaron por haber dejado en manos tan solo de ellos las decisiones de su destino.
Humildad y serenidad hacen parte de las características de la democracia. También hace parte de ella la reciedumbre que lleva a renunciar al péndulo y al fenómeno de la veleta de aquellos que hoy afirman lo que mañana con desparpajo van a negar.
Quienes votaron por la Ramírez se sienten hoy burlados porque ella regresó a la tolda de donde venía -el uribismo- y creyó poder uncir al carro de sus intereses a los electores. Agradecer al elector es necesario y no pretender ponerlos de siervos a llevarle agua a su molino.
Maquiavelo denunció la “corrupción de los medios” pero nunca soñó que entre nosotros se iba a llegar a la aberrante “corrupción de los fines” en donde todo vale aun la destrucción de la democracia desde la democracia misma.
No hay que olvidarlo: democracia es optar por la paz y no por la muerte.