Guillermo Franco Camacho | El Nuevo Siglo
Sábado, 5 de Septiembre de 2015

Cambios

 

De El Estado Megalómano (Planeta, Barcelona, 1982), de Jean-Francois Revel, se citan estos  conceptos: a) tres responsables: enemigos exterior, interior y anterior y el último – el más difícil- corresponde al mandatario previo al actual, b) los estadistas franceses se obsesionan por la historia: preocupación que debieran compartir  los políticos en general y c) la Nomenklatura referida a la clase social dominante en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), lo cual cubre posición en la sociedad, sueldos, acceso a los negocios, residencias secundarias, satisfacciones culturales, servicios especiales de salud, etc. Se profundiza a través de La Nomenklatura. Los privilegiadosen la URSS (Editorial Crea, Buenos Aires, 1981), de Michael Voslensky, quien era un “hombre sin partido”, es decir, desvinculado del comunismo aunque bien conectado, historiador, filósofo, sociólogo, investigador en el Instituto de Economía Mundial de la Academia de Ciencias de la URSS, profesor en la Universidad Lumumba, conferencista,  nacido en 1920; el personaje emigra a Occidente al pensar que no era bien visto por el régimen.

Se leyó, hace años, La Nueva Clase (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1957), de Milovan Djilas, vicepresidente en la Yugoslavia de Tito, caído en desgracia por la obra indicada, quien sostuvo que con el comunismo había surgido una nueva estructura social, o sea, enfrentó una tesis fundamental del socialismo avanzado: la “sociedad sin clases”; ojalá el lector coincida en lo irreal de dicha tesis. La desviación inicial nace con Lenin quien creó  el grupo de “revolucionarios profesionales” y la innovación se completa con Stalin al extirpar a los precursores leninistas, en la purga de 1938, y se tiene la Nomenklatura, según  Voslensky: Elite dominante en trance de volverse hereditaria a la cual se pertenecía de por vida a menos que surgieran escándalos; dueña del Estado; expertos en dirección; tenía el poder político y, en consecuencia el económico; se le reservaban el servicio diplomático, KGB o policía secreta, Ministerio del Interior, jefes del Ministerio de Defensa y del Ejército; el Secretariado y el Politburó del partido comunista que no era de masas. Los funcionarios y miembros se escogían por criterios políticos y no por eficiencia o cualidades personales, se tenía suplentes y lista de reserva. ¿Se observan, en Venezuela, aportes y nociones similares, con variantes propias, a los señalados por Revel, Djilas y Voslensky?