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El proyecto de Mijail Gorbachov, cual lo expuso el estadista ruso en Perestroika. Nuevo pensamiento para mi país y el mundo (Editorial Oveja Negra, Bogotá, 1987), se divulgó en esta columna con el complemento de observaciones de Eric J. Hobsbawm y Ronald E. Powaski; comienza, en esta ocasión, la explicación del ensayo del tránsito de la teoría a la práctica, en los términos de Abel Aganbegyan en La Perestroika Económica. Una revolución en marcha (Grijalbo, Caracas, 1990). El autor fue el principal asesor económico de Gorbachov.
Permítase señalar opiniones generales. Aganbegyan no se desvía de las directrices políticas, jurídicas, sociales y económicas (artículos “Perestroika” de julio 6 y “Continuar” de septiembre 14) de su mentor y su suplemento es el relieve de lo ambiental con inclusión en los costos y el proceso decisorio.
No se aparta del ideal de extinguir el sistema de dirección de la economía por mandato y cumplimiento estricto de las órdenes, en un marco reservado a las elites y en secreto, originado en la época de Stalin; este esquema sería sustituido por otro basado en el uso de los principios económicos de autogestión, autofinanciación y autonomía directiva acompañantes de las guías básicas a las que se hizo mención previamente. Las decisiones se adoptarían mediante consultas, en especial al pueblo, es decir, bajo el imperio de la democracia y éste es el rasgo más determinante de la perestroika en general tal que, al desaparecer, fallaría el carácter irreversible. El énfasis se pone en la perestroika económica pero el autor tiene presentes las relaciones con otras disciplinas. Se pide un paréntesis para dejar en claro el respaldo personal al abandono de las prácticas estalinianas del secreto y de las que podría existir un rezago en las democracias occidentales que favorecen “las facultades discrecionales del Estado”; esta es una convicción propia de tiempo atrás y no influida por Aganbegyan o causada solo por el desagrado hacia Stalin: una de las banderas de esta columna es la transparencia.
Cual ocurre en nuestro país, la actividad minera solía entrar en conflicto con las autoridades ambientales y, de paso, sin entrar en conflictos políticos, se aplaude la resurrección del Ministerio del Medio Ambiente; Juan Camilo Restrepo destaca la importancia de la respectiva variable en Hacienda Pública (Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2012).