Lawrence
Winston Spencer Churchill se refiere a Thomas Edward Lawrence en su obra Grandes Contemporáneos (Plaza & Janes, Barcelona, 1960), su presentación es fascinante porque no se había captado la dimensión plena del personaje. En efecto, se ubicaba Seven Pillars of Wisdom (Penguin Modern Classics) como texto bélico centrado en el conflicto de guerrillas durante la primera Guerra Mundial y no como una de las obras más importantes de la literatura inglesa moderna; Churchill ve en Lawrence a un soldado, estadista (implica político), sabio, arqueólogo, destacado hombre de letras y de acción, funcionario público a su servicio, visionario en el alcance de la aviación, sostiene que brillará “con fulgor inmortal”. Lo ve tomando Constantinopla si la Gran Guerra se hubiera extendido hasta 1919 o 1920 e inclusive llevando a cabo el sueño de Napoleón Bonaparte en Egipto; es admiración total y mayor que por cualquiera de las otras personalidades examinadas.
Causa pesar observar que los problemas del Oriente Medio y de las relaciones entre árabes y judíos se hayan prolongado desde las décadas de los veintes y los treintas hasta nuestros días. Lawrence fue partidario firme de la causa árabe, lo cual se tradujo en roces con Francia.
Churchill se ocupa de Adolf Hitler en 1935 y encuentra que Alemania ha avanzado en la recuperación de su lugar en Europa en contraste con la displicencia o letargo de ingleses y franceses y, además, se ha sacudido en parte de las consecuencias del Tratado de Versalles y califica la situación germana como una disyuntiva entre emprender otra guerra o buscar la paz; considera que pudo obtenerse un acuerdo con los gobiernos moderados de la República de Weimar y que la política de reparaciones fue excesiva, lo cual podría implicar una crítica a Clemenceau. El rearme alemán no se interrumpió y el estadista inglés veía el futuro con inquietud demostrada correcta.
Se leyó recientemente Adolf Hitler (Círculo de Lectores, Barcelona, 1966) de Hans Bernd Gisevius, antiguo funcionario opuesto al dictador, caracterizada por el ensayo de proporcionar explicaciones exhaustivas. Gisevius se detiene en el análisis de varios de los integrantes del entorno de Hitler y llaman la atención Goebbels y Schacht, en particular el segundo por el interés que despierta el conocimiento de los rasgos esenciales del programa económico y financiero de Hitler para la recuperación de Alemania.