GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Febrero de 2014

Lo último

 

Se  llega al final del informe Chavismo sin Chávez. Un modelo en suspenso (octubre, 2013) de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda con la colaboración de la Corporación Pensamiento Siglo XXI y de OPEL; cubre “Cambios sin renovación: el Gabinete Ministerial de Nicolás Maduro” y “El vacío detrás de los votos” de Chistian Benito y Felipe Jaramillo Ruiz en su orden. Lo descrito por Benito, o sea, la composición del actual gabinete presidencial, fue calificado por Henrique Capriles como “más de lo mismo”; sus integrantes vienen del chavismo e inclusive del anterior conjunto ministerial. Se cree que la legitimidad de Maduro surge del régimen presidido por Chávez quien se escudaba en Bolívar; sostiene Benito que el equipo actual está integrado por políticos y militares de gran competencia técnica, lo cual luce discutible en economía debido a la alta inflación (la mayor de la América Latina) y la pronunciada escasez prevaleciente de bienes.

Respecto al segundo texto, Jaramillo trata (a) lo que se esperaba de Chávez, (b) rasgos actuales y (c) ángulos deseables. En relación con (a) se veía al líder fallecido como un redentor que reformaría la Constitución, lo  hizo y, por ejemplo, existe la posibilidad de una presidencia prolongada y falló en cuanto a eliminar la corrupción que ha llegado a niveles inaceptables. Respecto a (b) se observan antagonismos, controversias, fragmentación, polarización, deslegitimación de la oposición y tendencia al equilibrio de fuerzas entre ésta y el gobierno. En (c) faltan el respeto a los derechos humanos, tener en cuenta los intereses de la oposición, implantar la libertad, la democracia y el bien común, el diálogo y el debate para producir ideas, etc.

Causa desagrado el uso frecuente, exagerado y errado que de la calificación de “fascista” hace el presidente Maduro por lo cual se le planteó la elaboración de un documento, de nivel científico, explicativo de su posición. Se insinúa ahora, sin optimismo alguno a corto y mediano plazos, en vista de las medidas en curso, que reforme el régimen, a fondo, aprovechando la buena voluntad del sector privado; se requiere el  coraje de Mijail Gorbachov para el cese de la guerra fría cuando se detectó que el sistema económico soviético no podía financiar al político en la antigua URSS. No es una tarea fácil.