Guillermo Franco Camacho | El Nuevo Siglo
Sábado, 13 de Junio de 2015

SAGITARIO

Retorno

Se  explicó, hace algunos días, de autoría de quien escribe, “Rendimiento de la Inversión en Educación en Colombia” divulgado en Planeación Universitaria (Asociación Colombiana de Universidades-Fondo Universitario Nacional, Bogotá, 1965) y versión elaborada para la Primera Reunión de Oficinas de Planeación Universitaria; el análisis terminó con la expresión de una duda existencial: en la relación entre ingresos y gastos en educación, este último concepto ¿es la variable dependiente o independiente? Se siguió la segunda alternativa en el estudio pero la incertidumbre surgió, y se mantiene, por la acentuada inequidad, de siempre, conocida a escala mundial, de nuestro país; sabe bien el lector el significado de “variable independiente”: los gastos educativos determinan el nivel de ingresos y “variable dependiente” señala lo contrario. Se dejó constancia de la inquietud y se aprovecha la oportunidad para agradecer a Albert Berry la atención puesta a la materia en “Capital Humano” publicado en Planeación y Desarrollo, Volumen XXIV Edición Especial (Departamento Nacional de Planeación, Bogotá, Diciembre de 1993) en escrito conjunto con Luis Fernando Ramírez, Adriana Barrios, Felicia Knaul y Mauricio Perfetti bajo el marco del Seminario Internacional “Educación, mercado de trabajo y desarrollo en Colombia”.

Persiste hoy la inquietud, y correspondiente anomalía, sospechada hace medio siglo en Colombia, en un ambiente inesperado, o sea, un país desarrollado y líder político y económico mundial, los Estados Unidos, y The Economist, January 24, 2015, la trata como tema central y se resume la argumentación. Se piensa que ha surgido una aristocracia en EE.UU., es decir, en una nación hostil al estatus heredado e intolerante a las dinastías y véase que las hay en nivel de Presidencia de la República y la tendencia crece y la brecha entre ricos y pobres aumenta en mayor medida que en cualquier otra nación ubicada en la cúspide. El Gobierno gasta más en las zonas avanzadas que en las marginales. Los alumnos graduados de las universidades prestigiosas tienen mejor comienzo y progreso en el mercado laboral y tales instituciones  favorecen la vinculación de los hijos de los antiguos estudiantes. Se agrega una fuerza negativa y antidemocrática: los sindicatos de profesores que rechazan el premio a la buena enseñanza y el despido de los maestros deficientes. Pronto se acudirá, de nuevo, a Rodrigo Parra Sandoval y sus ideas sobre la movilidad social.