Biografías
Grandes Contemporáneos (Plaza & Janés, 1960) contiene dos obras. La primera tiene a Winston Spencer Churchill como autor y la segunda, Retrato de Churchill, corresponde a Guy Eden. El texto del prócer inglés cubre biografías, apuntes biográficos o ensayos sobre personalidades a quienes conoció dicho político y habían fallecido. Las presentes líneas se refieren a una selección de personajes por Churchill, cuyo criterio se respeta pero se lamenta la exclusión de Neville Chamberlain por su papel en el origen de la segunda Guerra Mundial (1939-1945). El análisis empieza por las figuras militares, o inclinadas a tal actividad, escogidas por Churchill: Guillermo II, Sir John French, Sir Douglas Haig, Paul Ludwig von Hindenburg, Ferdinand Foch, Lawrence de Arabia y Adolf Hitler.
Guillermo II marca el fin de la dinastía Hohenzollern con la derrota de Alemania en la gran guerra (1914-1918); su equivocación inicial fue prescindir de los servicios, como Canciller, de Otto Eduard Leopold von Bismarck quien no emprendía conflicto bélico alguno sin estar seguro de ganar, cual ocurrió con Dinamarca, Austria y Francia. Además, es probable que Alemania hubiera desplazado a Inglaterra como la gran potencia económica de la época si no se hubiera involucrado en la pugna citada. En el transcurso del conflicto se cometieron los errores de combatir en dos frentes (oriental y occidental), los excesos de la guerra submarina y no evitar la intervención de EE.UU. Churchill tiene un concepto desfavorable del Kaiser.
Hindenburg participó en las batallas de la era de Bismarck y se había retirado del servicio activo en 1911; sin embargo, se le reintegró en agosto de 1914, en la primera Guerra Mundial, en condición de jefe del frente este (contra Rusia) donde comenzó su estrecha asociación con Erich von Ludendorff, su jefe de Estado Mayor. La victoria de Tannenberg, dirigida por ambos, es el triunfo en el oriente y el dúo asume la responsabilidad en el oeste donde van ganando poco a poco con perspectivas de victoria final en 1918. Sin embargo, les fue preciso sugerir negociaciones de paz. Hindenburg terminó sus días como presidente de Alemania, abriendo el camino a Hitler y considerado senil por Churchill.
En ejercicios próximos se incluirá a las restantes personalidades seleccionadas por Churchill y es una lástima que hubiera excluido a personajes de la segunda Guerra Mundial: ¿Mussolini, Stalin, Trotski, Eisenhower?