GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Diciembre de 2012

Guderian

Comenzó,  en reciente escrito, el examen de La Verdadera Paz. Una estrategia para Occidente (1983), de Richard Nixon, sobre la guerra fría.

Pese al alto concepto de la capacidad de análisis y predicción de su autor, se objetó la ausencia de un marco institucional y de personalidades. Poco es lo que, al respecto, indica el expresidente estadounidense, excepto menciones a Reagan y Carter. Se sugirió un ejemplo: la autobiografía de Heinz Guderian, Recuerdos de un Soldado (1967). El exgeneral alemán participó en la primera Guerra Mundial. Esta se desenvolvía como un conflicto de trincheras y, a fines de 1918, surgieron tanques de guerra aliados que remontaban dicho obstáculo pero no se utilizaron en escala amplia. Guderian estudió la materia en la posguerra y diseñó un esquema novedoso: los tanques no serían un apéndice de la infantería y se tornarían en unidades independientes (“acorazadas”) que le abrirían el paso a la infantería. Guderian aplicó sus tesis en la segunda guerra, en los Países Bajos, Bélgica, Francia y Rusia y fue desvinculado del mando al discutir con Hitler. Poco después fue llamado como Jefe del Estado Mayor General (EMG) del que fue despedido por su capacidad de crítica y  de contradicción  frente al dictador. Los capítulos finales de la autobiografía (XIII y XIV) se titulan “Las personalidades dirigentes del Tercer Reich” y “El Estado Mayor General Alemán” respectivamente. En relación con el XIII, Hitler es la figura central y no se profundiza por existir amplio estudio sobre la materia. Sólo se indica que si bien carente de principios, humanidad y educación, tuvo habilidad política para llegar al poder aprovechando la Gran Depresión y las fallas del Tratado de Versalles y acertó en sus conflictos internacionales iniciales y con todo esto deslumbró a los alemanes, incluyendo a los militares:; sus errores fueron significativos, a la larga, en este aspecto. Guderian expresa buen concepto sólo sobre von Krosigk, Todt, Speer, Darré y Sedte y descalifica a Goering, Bormann, Fegelein, Goebbels, Himmler, los gobernadores, funcionarios de los ministerios; llama la atención que Hitler gobernó sin Consejo de Ministros. Es del mayor interés el análisis del EMG que comienza por el recuento de sus grandes exponentes: Scharhorst y Gneiseau (los fundadores), von Clausewitz y De la Guerra, el mariscal conde Moltke (el de mayores logros), Schlieffen, Ludendorff, Hindenburg, etc. Es crítico de Keitel y Jodl.