Una cosa es la percepción que se tiene desde afuera y otras las realidades del proceso de paz. 37 exguerrilleros de las Farc recibieron la certificación de capacitación en economía solidaria para la formación de la cooperativa Ecomun, conformada por excombatientes de varios frentes debidamente reinsertados y decididos a trabajar en diferentes actividades en pequeñas empresas del sector solidario.
Fui invitado a este acto y me interesé en ir para conocer de manera directa algunas realidades del proceso de paz, que como muchos colombianos vemos con desconfianza y algo de temor. Pero viendo este acto y teniendo la oportunidad de hablar con algunos de los exguerrilleros, mi visión se aclaró mas observando que sí existen buenos y firmes propósitos de esta gente para ingresar a la legalidad, desde luego sin abandonar la lucha que los compromete, pero en este caso desde la política y sin armas.
Herney Darío, uno de los 37 exguerrilleros certificados me contó con mucha sinceridad que ingresó a los 10 años a la guerrilla y que lo hizo por voluntad propia. Yo fui incrédulo pero él me aseguró que a esa edad ni sabia leer ni escribir, así que prefirió alistarse y duró 16 años combatiendo, aprendió a leer y escribir con ellos en el monte, además de otros estudios mas que tuvo y desde luego el adoctrinamiento político-militar e ideológico. Perdió dos dedos y un ojo en combates, pero está muy entusiasmado como todos sus compañeros a empezar esa nueva vida que le brinda el proceso de paz.
Fue muy conmovedor para mi más no ingenuo ese acto, pues la verdad es que se veía el esfuerzo del Gobierno en satisfacer un nuevo horizonte a esa gente, los funcionarios y representantes de las Farc respiraban optimismo franco, desde la ministra de Trabajo Griselda Janeth Restrepo y los otros altos funcionarios que son parte de este proceso. El director de la Agencia para la reincorporación, Joshua Mitrotti, hizo una breve pero clara explicación del camino a seguir con el apoyo a los guerrilleros reincorporados y ahora cooperativistas.
Pero el asunto no queda ahí, ya se constituyeron como cooperativistas, tienen proyectos pero aun no saben como crearlos, ponerlos en marcha e ingresar a la actividad empresarial con todas las barreras, obstáculos y competencia, que estas iniciativas comportan. Una cosa es entender la economía solidaria pero otra es el mundo de los negocios, la oferta y la demanda, la competitividad, el mercado y sus exigencias, la normatividad, la calidad del producto o servicio, el cliente, sus exigencias, necesidades y gustos, así como la manera en que se desempeña el mundo financiero. De manera que si solo se quedan en la teoría cooperativista, pero sin formación y capacitación empresarial y micro empresarial, las iniciativas pueden ser un fracaso, se perdió la plata, el tiempo la ilusión y será una frustración para exguerrilleros como para el gobierno, poniendo un negro lunar a un esforzado proceso de paz.