El demócrata Gregory Meeks, quien fue elegido recientemente como presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, es un gran aliado de Colombia. Meeks es uno de los legisladores norteamericanos que más ha incidido en la agenda exterior entre Estados Unidos y Colombia en las últimas dos décadas, logrando influir desde el Congressional Black Caucus para incluir nuevos temas en la relación bilateral, entre estos, los derechos labores y políticas de inclusión para comunidades étnicas, especialmente afrocolombianas.
El interés de Meeks por Colombia surgió hace más de 20 años como resultado del activismo de líderes afrocolombianos como Oscar Gamboa, Luis Gilberto Murillo y Pastor Murillo, entre otros, quienes visibilizaron ante congresistas afroamericanos la muy baja participación de población negra e indígena que había en las instituciones del Estado colombiano para ese momento. Fruto de ese activismo y del trabajo de Meeks, la agenda bilateral empezó a contemplar acciones para reducir la desigualdad racial, entre las que se destaca las oportunidades de educación superior e intercambio para jóvenes afrocolombianos e indígenas en universidades estadounidenses.
En el marco del debatido trámite de ratificación en el Congreso norteamericano del Tratado de Libre Comercio con Colombia, entre 2006 y 2011, Gregory Meeks fue un jugador clave para lograr el respaldo de congresistas demócratas y del Black Caucus a este acuerdo comercial, condicionando su aprobación al cumplimiento de exigencias en materia de derechos humanos, garantías laborales y profundización en la agenda de igualdad e inclusión racial. De esta forma, la incidencia de Meeks en la agenda bilateral fue decisiva para propiciar mayor diversidad racial en las institucionales públicas colombianas en las últimas décadas y particularmente en altos cargos.
La semana pasada, el congresista demócrata anunció que el primer país que visitará próximamente será Colombia, y que su principal interés es recorrer municipios en el Pacífico y Caribe colombiano, los cuales afrontan mayores desafíos en materia de reactivación económica, seguridad y son cruciales en la lucha contra la ilegalidad. De igual forma, planteó la necesidad de seguir promoviendo la cooperación en materia de alternativas productivas en las regiones más vulnerables que permita reducir las actividades económicas ilícitas.
El liderazgo de Meeks desde el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso de los Estados Unidos representa una gran oportunidad para Colombia en el marco de la llegada del nuevo gobierno Biden- Harris, principalmente por el conocimiento e interés que tiene el congresista sobre Colombia y sus regiones, que facilitará propiciar una agenda bilateral más ambiciosa en materia comercial, de inclusión racial y de derechos humanos.
Así mismo, su interlocución muy probablemente contribuirá a fortalecer la cooperación norteamericana, pero sobre todo que dicha cooperación tienda a mejorar las condiciones de los territorios y comunidades más rezagadas, quienes han padecido los efectos sociales y ambientales de la lucha contra los cultivos ilícitos, al igual que la falta de oportunidades.