PUERTO LIBERTAD
Las patentes de Goliat
AL escribir esta columna me expongo a ser crucificada por algunos abogados que tienen en su haber toneladas deun fundamento jurídicodel que yo carezco. En todo caso, prefiero la sanción conceptual de los más doctos, antes que acogerme a la enmienda que podría amparar el silencio de los inocentes.
La página –impecable, seria y bien documentada- de Juan Gossain en El Tiempo del martes, puso el dedo en esa llaga crónicamente causada por una pelea de Goliat contra David: el desmedido ánimo de lucro de muchas de las multinacionales farmacéuticas instaladas en Colombia, enfrentado al interés común; al sentido común; a la salud común; al bolsillo común.
Ejemplos como los que refiere Don Juan Gossain, llevan a algunos colombianos con posibilidad de viajar, a abastecerse de medicamentos en Ecuador, México, Chile o Panamá. ¡Hasta en euros, sale mejor trato! Y es que pagar un 200% o 300% de sobrecosto, por tener el honor de comprar un producto en territorio nacional versus en el extranjero, no tiene sentido.
Los hospitales no pueden salir a hacershopping farmacéutico en el vecindario; la inmensa mayoría de pacientes, menos; y las EPS tampoco; ergo, la opción viajera queda descartada para el 99% de los compradores.
La voracidad de la industria farmacéutica -además de la corrupción, ineficiencia e ineptitud de otros agentes involucrados en la relación salud/enfermedad- tiene reventados el bienestar y viabilidad del sistema de salud.
Comprendo que la mayoría de laboratorios farmacéuticos no investiga por amor al arte; el altruismo no es su vocación, y eso no es malo. El ánimo de lucro es legítimo en un mundo de producción y mercado, y no todos están obligados a ser la Madre Teresa de Calcuta.
Lo reprochable es que en una sociedad habitada no solo por sacos de dinero sino por seres humanos(con atributos de enfermarse, morir o mejorarse), la industria farmacéutica pueda hacer lo que le dé la gana, amparada por los temasde patentes y retorno del dinero invertido en investigación y desarrollo de moléculas. No podemos ser tan ineficientes o tan marrulleros, como para que nuestros tiempos de retorno del capital sean tan astralmente superiores a los del resto del mundo; tanto, quenecesiten ser amortiguados cobrando hasta el 400% de lo que se paga en países semejantes al nuestro, o incluso en economías con un costo de vida mucho más alto que el colombiano.
No soy la fan #1 del Ministro de Salud, pero considero valiente lo que está ad portas de hacer con el medicamento patentado por Novartis, para el tratamiento de muchos tipos de leucemia. El Ministerio comprendió que su deber es procurar que las herramientas de salud estén al alcance de la población, y no que un puñado de inversionistas se haga cada vez más rico.
A David lo van a linchar multinacionales, abogados, embajadas, Afidro y cuanto eslabón de la cadena se vea tocado con la medida. Pero en esta batalla puntual, apoyo al Ministro Gaviria, y espero que la Superintendencia de Industria y Comercio se porte a la altura del desafío, y no a la bajura de los intereses creados.