GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Viernes, 16 de Mayo de 2014

Como Proust

 

Un concepto de la física, dice que un mismo espacio no puede estar ocupado simultáneamente por dos o más objetos diferentes.

Un concepto de la decencia, debería decir si los 9 días que faltan para las elecciones, van a seguir llenándose de agravios y mugres, o de propuestas de gobierno que le den a la ciudadanía bases razonables para votar a conciencia el próximo 25 de mayo. Pero o los candidatos se dedican a insultar y defenderse, o aceptan que Colombia merece un poco más de respeto, y que no pueden convertir la contienda electoral en el ring de boxeo de una feria de pueblo.

Nos caería muy bien identificar en quienes pretenden gobernarnos los próximos 4 años, menos retórica de reality,  menos polarización, y más planes de acción plausible y posible.

Pero si algo ha distinguido esta campaña ha sido la falta de debate, y el exceso de pugna de alto contenido judicial, y bajo contenido programático y conductual.

Por otro lado, pero en el mismo caos, el deplorable sainete de Santos con Petro, genera desconcierto y hasta pesar: Pareciera no ser más que otro lamentable ejemplo de esas relaciones masoquistas, de  pierde-pierde.

A los seguidores de Petro (sí, sorpréndase, dicen que aún quedan 2 en Tasmania, 1 en Zipaquirá y medio en la Antártida) no les puede caer en gracia que el alcalde de la puerta deva-y-ven resulte aliado con un distinguido exponente del estrato 7 bogotano. A quienes han (hemos) pensado votar por Santos, Petro les da (nos da) dolor de estómago. Una amalgama tan insólita, más que una alianza, es un mazacote amorfo, que destila incoherencia, y no creo que le convenga ni al uno ni al otro.  

A la pobre paz, que la han trajinado como estandarte de campaña, le atribuyen unas coaliciones rarísimas, que quizá sólo acaben beneficiando a los que no están metidos en ellas. ¿Quiénes ganan con Petro y Santos parados en el mismo balcón? Zuluaga y/o Peñalosa. Incluso puede que hasta Marta Lucía o Clara López capitalicen en río revuelto. Todos, menos los directamente involucrados.

Y hablando de Clara… A mí hasta me hubiera gustado votar por ella; es inteligente y culta, lógica y honesta. Pero su fórmula vicepresidencial es nefasta. Es impensable una Aída Avella vicepresidente de algo distinto a la Asociación de Resentidos Cósmicos. Otra oportunidad que -para bien o para mal, según la óptica con la que se mire- desperdicia la izquierda.

En un país con tanto por construir, con tantas lecciones aprendidas y por aprender; con tantas heridas, secuelas y renacimientos, ésta debería haber sido una campaña con más confrontaciones que enemistades, y más disenso  que discordia. Pero se nos fue el tiempo en lo que no era, y presiento que a menos que en estos 9 días, los candidatos nos sorprendan con algo realmente limpio, valiente y valioso, el único ganador será el escepticismo, mezclado con altas dosis de languidez.

Señores candidatos: Falta muy poco, pero -como Proust- todavía pueden ir “en busca del tiempo perdido”.

ariasgloria@hotmail.com