GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Jueves, 11 de Agosto de 2011

¿Quién es el del ‘desdén’?


“Un país con 48 asesinatos diarios es un país que necesita repensarse”


CÓRDOBA  es un departamento virtualmente amordazado por las ‘bacrim’.
En los primeros diez días de agosto se cometieron 29 asesinatos; la gobernadora Marta Sáenz se atrevió a denunciar la grave situación, y en un choque de tren versus Topolino, el Ministro de la Defensa protestó porque -según él- la funcionaria “es la única que no ve los avances en materia de seguridad”. Dice el Ministro que los Comandantes se quejan porque doña Marta emite “críticas con desdén”.


¡Qué mala educación! La señora debería ser menos negativa, más pulida, más sutil… Finalmente, tres homicidios diarios serían un drama de dimensiones impensables en un país como Luxemburgo, pero aquí ¿por qué tanto escándalo?


Una de nuestras principales enfermedades es el desempleo; y las rutas del narcotráfico son generadoras de trabajos que ostentan la triple condición de ser indignos, ilegales y remunerados. Además, si desde hace rato, Córdoba ha sido un corredor utilizado para la circulación y tráfico de guerrilla y autodefensas, ¿la señora Sáenz no debería estar ya acostumbrada?
Exceptuando el asesinato de los dos carismáticos universitarios que todos recordamos, para casi todos los demás muertos de Córdoba aplica lo de “en polvo eres y en polvo te convertirás”; entonces, ¿por qué se empeña esta señora en aguar la fiesta?


Según el informe Forensis del Instituto de Medicina Legal, “cada hora mueren dos colombianos asesinados”. Pero bueno, pongámonos ministeriales, y no suframos tanto: Honduras está peor que nosotros. Nuestra tasa de asesinatos es de 38.3 por cien mil habitantes, mientras que la de ellos es de 77. (Shhh…la tasa global es de 8 por cien mil). Pero este dato dejémoslo entre paréntesis, o mejor aún, entre corchetes. (En muchas cosas, nosotros somos un país en pausa o entre velado, así es que no hay rollo)].


En el 2009 se cometieron en Colombia 17.717 homicidios. En el 2010 la cifra bajó a 17.459. En nombre de esas 258 personas que hoy no están muertas, cabría un gracias a la vida, a las autoridades, a Dios o al destino. Pero un país con 48 asesinatos diarios es un país que necesita repensarse, desde el kínder hasta la víspera de la extremaunción. Y ni qué decir de un país con cinco suicidas diarios…pero eso será materia de otro Puerto. Otro, over troubled water.


No es por mortificar a nadie, ni por ser pesimistas, pero es que no podemos acostumbrarnos a vivir entre la muerte.


De tanto pensar en la paz con mayúscula, no sería raro que acabaran desangrándonos las guerras con minúscula, estas cotidianas, las callejeras, las que caminan por los barrios, montan en bicicleta, bendicen sus balas, apuñalan el cuerpo de los adolescentes, y se pierden en los buses o en la letra menuda de los informes de algún ministro de mirada incierta.


…También cuentan los muertos que van cayendo de dos en dos. Cuentan los campesinos, los pescadores, los niños y los sicarios; cuentan los locos y los ciegos, así no sepan contar. Ignorarlo sería mirar la vida -ahí sí- con desdén.
ariasgloria@hotmail.com