General ® Luis Ernesto Gilibert Vargas | El Nuevo Siglo
Miércoles, 6 de Enero de 2016

PRISMA

Agencia de seguridad vial

Garantizar tranquilidad en carreteras incumbe a todos”

 

Bienvenida la Agencia de seguridad vial. Lo manifiesto con gran fruición pues hasta el momento de su creación solo le incumbía a la Policía Nacional, en su especialidad  de carreteras, responder por la seguridad en las vías del país, sin  tocar otros componentes que hacen parte del tema, y seguramente con la Agencia podrá aportar insumos sobre esta problemática tan sensible para el  bienestar de los  usuarios en las rutas de Colombia.

 

Con un presupuesto apenas ajustado, esta entidad buscara reducir los altos índices de accidentalidad en las carreteras, situación que golpea la economía y seguridad de los colombianos. En los últimos tiempos las estadísticas arrojan cifras escalofriantes de incidentes, la mayoría con pérdida de vidas, por diferentes motivos y circunstancias propias del ambiente vial, de manera que como lo dijimos en un principio recibimos con optimismo el advenimiento de la citada Agencia.

 

Sabemos que la imprudencia es una de las principales causas de eventualidades, imprudencia venida de todos los sectores, donde el conductor juega un papel responsable igual o mayor al peatón, verdad reconocida y aceptada. Pero este aspecto en una sola arista del problema. Y aunque seguramente los directivos de nuestra naciente agencia tendrán un glosario de conceptos y recomendaciones sobre el asunto, me voy a permitir la libertad de aportar algunos conocimientos, muy generalizados y superficiales, fruto de mi paso por la en otro tiempo, policía vial.

 

La seguridad vial tiene varios componentes, siendo el principal la vía misma, su estado, su mantenimiento, su señalización amparada en la ingeniería de carreteras, su iluminación y los posibles auxilios o puntos de apoyo al conductor, que deben contemplarse en el necesario plan  diseñado para este efecto. El segundo componente  seria el estado mecánico y de conservación de los autos, así como su capacidad de pasajeros y la condición  tecnomecánica, valoración que  no  pueden efectuar  los agentes de la policía en la ruta. Así, urgen centros de control y diagnóstico en las  vías  o carreteras. Otro componente lo representan los conductores, personas que en su mayoría son profesionales del volante, pero sin formación  diferente a conducir con destreza un vehículo,  individuos urgidos por auxilio  sicológico que permita  un comportamiento responsable, reconociendo la actividad como  profesión y no medio de subsistencia o empleo. En cuanto a otros motoristas,  que por razones diferentes al transporte de pasajeros o mercancías utilizan nuestras carreteras, también deben recibir una dosis de compromiso en la utilización de la vía.

 

Cuarto componente:  los policías  de carreteras, es decir la fuerza pública presente en las vías haciendo cumplir las normas , revisando el estado de los vehículos y la  actitud de conductores, hombres con preparación y conocimiento en su responsabilidad y cargo. Para cerrar tenemos  la ley, los códigos y reglamentos soporte de las autoridades.