MIRADA NACIONAL
Los problemas del celular
“Cruzada de autoridades, ciudadanos y empresas contra el delitos”
Que la tecnología nos ha traído componentes importantes, sorprendentes y muchas comodidades es imposible negarlo; sin embargo, con ella ha llegado una serie de problemas que tal vez no hemos podido digerir, identificar o prevenir, y sorprendidos por los adelantos hemos caído en situaciones inseguras y delicadas.
Como nuestro título está dirigido a los teléfonos celulares, me permito hacer algunas acotaciones sobre problemas generados en el entorno ciudadano por mal uso de estos equipos, colocando de ejemplo prioritario la conducción vehicular mientras se habla por celular, maniobra riesgosa e irresponsable donde se pone en peligro la integridad del conglomerado circundante. Sobra entrar en explicaciones pues todos sabemos y entendemos el peligro generado tanto para conductores como peatones. No podemos olvidar tampoco el uso del teléfono en los desplazamientos callejeros, operación que nos permite percibir transeúntes cruzando calles, desconociendo semáforos en rojo y corriendo otros apuros por estar totalmente absortos en una conversación telefónica. Y -¿qué tal esta perla-, no obstante las recomendaciones vemos en estaciones de servicio muchos parroquianos utilizando el equipo móvil en tanto aprovisionan combustible para sus autos, ¡qué peligro¡, Pero a lo anterior, que sólo es una muestra, debemos sumarle el riesgo de caer desprevenidamente en manos de delincuentes dedicados al hurto de celulares.
No es nuevo el concepto dirigido a sostener que los índices de inseguridad dimensionados por la presencia de actividades delictivas y los resultados fatales de su accionar están ligados con el escamoteo de celulares; es saludable saber que las autoridades tienen como prioridad combatir este delito, tan caro especialmente a la seguridad ciudadana. No voy a resumir los casos conocidos ni aflorados a la luz pública por medios de comunicación, pues el tema está sobre diagnosticado, todas las autoridades tiene conciencia que urge encontrar una salida al problema y diseñar estrategias para enfrentar esa epidemia delictiva, sustentada en la facilidad del delincuente para identificar y abordar las víctimas, apoyado ante todo con los comportamientos descritos en el punto anterior, donde ponemos de manifiesto algunos peligros derivados del uso público e irresponsable que ciertos ciudadanos dan a su teléfono, añadiéndole al problema ese abandono consciente del entorno, que los entrega en manos del bandido como dóciles palomas incapaces de reaccionar ante el ataque.
Las autoridades dieron el primer paso tocando las puertas de empresas prestadoras del servicio, buscando colaboración tecnológica para desestimular el delito, colaboración que poco o nada aportan tales empresas por no ser su objetivo prevenir delitos, sino vender equipos sin importarles su uso futuro. Por lo anterior, esta es una cruzada que deben emprender autoridades y ciudadano conformando un frente de acción y prevención. La policía iniciará una campaña, los ciudadanos acatarán las recomendaciones y las empresas, en tanto, estudian la estrategia que deberá aportar medios técnicos de control.