General ® Luis Ernesto Gilibert Vargas | El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Enero de 2016

PRISMA

El urgente Código de Policía

El que está vigente es tachado de severo

 

Es urgente el  proyecto de Código de Policía que hace curso en el Congreso de la Republica,  para enfrentar una serie de problemas que desde al ámbito de la seguridad aquejan hoy  el país  y con mayor razón de cara  al posconflicto que la anhelada paz traerá consigo.

 

El mencionado proyecto ya surtió sus debates en Senado, debiendo pasar a comisión en Cámara  para proseguir su discusión en plenaria, pero  ese trámite debe darse en este año  antes de junio, de lo contrario se hundirá, quedando perdido todo el esfuerzo del ministro Juan Carlos Pinzón, que  al frente de la cartera de Defensa fue quien lo radicó, reconociendo el  apremio de la policía y las administraciones municipales  de contar con tan importante herramienta, pues el actual Código Nacional de Policía, decreto 1355 de 1970, pese a ser en su momento  un instrumento valiosísimo, ha perdido actualización por múltiples razones. Sabemos lo complicado del estudio por ser un plan  de difícil examen, su articulado es extenso demandando análisis e investigación por venir acompañado de aspectos ciudadanos, sociológicos, administrativos, policivos y  judiciales entre otros, cruzados con la Constitución Nacional y demás leyes que rigen las conductas ciudadanas, y obligaciones de  las autoridades. Los motivos de policía son profusos, tanto que cubren temas de derechos civiles,  urbanismo, protección social, protección animal, supervisión de industria y comercio, control de tránsito, etc. En fin, me haría interminable detallando los aspectos que atienden las labores policiales.

 

La responsabilidad del Congreso  sobre el asusto del Condigo de Policía es de tal dimensión que demandará dedicación exclusiva, tanto en comisión como en plenaria, porque la antigua ley  1355 siempre fue  censurada por severidad aunque en su momento permitió controlar, disciplinar y encauzar la población en momentos difíciles y turbulentos. Sin embargo, el doctor Miguel Lleras Pizarro al hacer su introducción manifestó “El código de Policía no es el código de las penas sino el de la disciplina diaria y elemental. Sus penitencias son un símbolo. Este Código no se concibió para castigar sino para conducir, para enseñar. Quizás está inspirado en un concepto que no coincide con la mentalidad intrínseca tradicional de personas que en Colombia  ejercen autoridad; no tienen  vocación sino para lo atroz,  lo arbitrario y sufren cuando la ley  no los faculta para la persecución de sus hermanos.”

 

El nuevo Código, entiendo que busca ser más garantista y  pretende llamar de convivencia, bienvenido el enfoque, pero no olviden que pese a tener el vigente, el  expedido en 1970,  tachado  de severo,  asistimos al irrespeto, la agresión, el desconocimiento, desacato, menosprecio y provocación por parte de  ciudadanos díscolos y  antisociales redomados, que encontraron normas obsoletas para evadir la disciplina ciudadana, impuesta por autoridades administrativas que protege al  policía.