General ® Luis Ernesto Gilibert Vargas | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Febrero de 2016

PRISMA

Recuperación de sectores

“Policía no es culpable del comercio informal”

 

Reconociendo  la infinidad de temas para esta semana, mi tendencia a escribir sobre seguridad ciudadana me impide abocar otros escenarios y por lo tanto trataremos de enfocarnos en las actividades de los nuevos alcaldes frente al reto que tiene la seguridad  en sus jurisdicciones. La mayoría de los burgomaestres,  con el de Bogotá a la cabeza, iniciaron su labor recuperando el espacio público, actividad aplaudida por el comercio formal, comunidad educativa y todo tipo de  residentes. Una  diligencia   espinosa  que demanda mucha planeación, pues antes de iniciar los  operativos para el desalojo, las autoridades  deben contar con suficiente información.  “Que  no se vaya a equivocar la ciudadanía”,  en este terreno es imposible  improvisar, porque el riesgo es grande y las consecuencias pueden ser nefastas. Se trata de una tarea  complicada por el costo en imagen, desgaste político y  protesta social. Los desalojados deben tener alternativas, pues  la misma ciudadanía que  disfrutará de los andes y espacios públicos,  en la mayoría de ciudades  invadidos por comercio informal, se molestan ente operativos policiales  y demandan los procedimientos, no obstante  estar direccionados  a retirar estos comerciantes de  lugares no autorizados  para el negocio callejero, por tratarse áreas destinadas  al servicio  ciudadano.  El desgaste mayor, claro, lo carga la policía que debe enfrentar el reclamo, la protesta y hasta la agresión de los vendedores ambulantes.

 

En este punto permítanme unas reflexiones. Militan en la política personas muy responsables, administradores consagrados  y comprometidos con el electorado,  que velan por el espacio público y durante sus administraciones, sin importarles el costo, toman medidas impopulares pero efectivas para la ciudad y ciudadanos  que gobiernan. He sido testigo de administraciones que entregaron ciudades totalmente organizadas y liberadas de entidades informales que tanto golpean y dificultan el  manejo  de la seguridad, triunfos que nuevas administraciones, con diferente enfoque y  políticas cambiantes, se encargan de derrumbar. Qué tristeza para la comunidad, la policía y las eficientes  admiraciones,  ver cómo un trabajo de gran esfuerzo se pierde por intereses  particulares.

 

¿Por qué hay vendedores  ambulantes? Tenemos un sinfín de respuestas que Dios quiera en el futuro, con la anhelada paz desaparezcan. Pero independiente de esas razones, lo cierto es que una ciudad organizada, bien planeada,  provechosamente desarrolla  y eficientemente administrada  no tiene por qué  sufrir de estos lastres. Las personas enmarcadas en actividades comerciales y similares deben contar con sectores organizados, previstos para este tipo de negocios  respaldados en  vías, parqueaderos, seguridad, aseo, orden y  gerencia.  

 

No es justo que la policía sea responsable de la presencia en las calles de comercio informal  porque no tiene la capacidad para actuar ni el respaldo administrativo que le permita retirar, conducir o judicializar esta actividad. Sin embargo es el instrumento  represivo, disuasivo  y de fuerza para encausar la situación.