Convivencia y seguridad
Este año viene con una serie de proyectos y programas de las autoridades, que buscan dar bienestar y tranquilidad a la ciudadanía, estas empresas fijan rutas del Gobierno para el futuro próximo, una de ellas tiene como destino la seguridad que va atada al concepto convivencia, dicotomía generadora de un clima armónico que facilita coexistencia segura tanto rural como urbana. Independiente de las múltiples necesidades identificadas en el conglomerado, urge tomar la seguridad como prioritaria por todos los colombianos, para lograr compromiso general en la lucha contra los diferentes tipos delincuenciales que hacen presencia en el país.
La seguridad, sobra decirlo, es una preocupación constante de mandatarios y la misma población, pero más que preocupación para las autoridades, debemos referirla como responsabilidad ineludible, con ciertas limitaciones; recordemos, por ejemplo, que el hombre policía carece de competencia para solucionar algunos problemas del diario vivir, pero debe fungir como coordinador entre las comunidades y oficinas responsables de atención a clamores, en cuanto la colectividad es un anhelo idealizado que solo se puede cristalizar con el concurso de las fuerzas vías del país.
En un sucinto estudio sobre convivencia, percibimos la urgencia de identificar y priorizar algunos tópicos ligados a ese clima de tranquilidad buscado con insistencia por los distintos núcleos ciudadanos, sobresaliendo entre otros temas, la prevención, la presencia policial comprometida en controlar el cumplimiento de la ley, figura también el pedido de pronta justicia, finalizando con la consolidación de una convivencia, que se logra identificando líderes cívicos, impulsados por intereses tendiente a organizar grupos dispuestos a ejercer influencia en el ámbito familiar, laboral y social de profundas raíces patrióticas, y por ultimo en cada uno de estos frentes, identificar el rol que juegan los ciudadanos, escenario donde determinaremos que la contribución ciudadana se convierte en un derecho, abriendo espacios para incidir sobre el diseño, y elaboración de planes destinados a potenciar el tejido social, conformado por ciudadanos, policía y autoridades que permita incluso al conglomerado, conocer el accionar institucional para demandar eficiencia y compromiso donde no exista o exaltar y reconoce labores policiales en contra de la delincuencia. La convivencia y seguridad que se edifican sustentadas en los anteriores conceptos, necesitan un punto de encuentro, espacio brindado por la institucionalidad para construir un equipo interdisciplinario, capaz de llegar a todos los rincones patrios difundiendo una filosofía de mutua confianza, destinada a fraternizar dos sectores otro tiempo distantes; el mando policial tiene con estas consideraciones la gran oportunidad de capacitar sus hombres en el tema, orientando el accionar institucional hacia la convivencia pacífica, estable y permanente, de ciudadanos y policía involucrados en la lucha anti-delictiva. El cubrimiento nacional facilita globalizar un compromiso patrio liderado por la Policía Nacional por ser la institución responsable del orden público interno.