Revisión de política antidrogas
Fue grande el cubrimiento de los medios sobre el tema, pues llamó mucho la atención que el uso recreativo de marihuana, fue legalizado en el noroeste de EE.UU., Estado de Washington; bueno solo en privado, nunca en edificios oficiales y menos públicamente, controlan también la cantidad de cannabis y edad del portador, a lo anterior es necesario sumar la ley futura del Estado de Colorado donde veremos un pronunciamiento similar.
Lo anterior dio pie a una serie de pronunciamientos, direccionados al cambio de estrategias en la lucha frente a los narcóticos, y el Presidente de la Republica acompañado de varias voces, entre las que sobresalen exmandatarios y estudiosos de la situación, sostienen que la guerra global contra las drogas ha fracasado, e invita a estudiar alternativas para encarar esta problemática. Llamado presidencial pertinente en tiempo y oportunidad, si advertimos un universo que mantiene los ojos dirigidos hacia los Estados Unidos en esta materia, por ser mundialmente los mayores consumidores de drogas, y hoy los perciben tomando medidas hacia una legalización sorprendente y tolerante, hecho sin antecedentes que fija pautas mundiales sobre el asunto, direccionando un enfoque mas terapéutico que preventivo y nada coercitivo; podemos observar sin temor a equívocos la llegada de una legalización controlada, desarrollada paulatinamente, como resultado de acuerdos entre países productores y consumidores, pues la lucha bien lo dice el presidente Santos ha dejado dolor, lagrimas y frustración en muchos países.
Sin embargo, quiero llamar la atención en algo que para mi sentir no está muy claro, y se trata de generalizar las drogas, sin distinguir entre marihuana, cocaína y otras porque una cosa es enfrentar el reto del cultivo, procesamiento, distribución y comercialización de cocaína con sus insumos y otra la siembra, cosecha y distribución de marihuana; por los efectos, presentación, facilidad de cultivar y la misma población hacia la que van dirigidas las dos sustancias, no son iguales, el comportamiento de personas bajo los efectos de cocaína, difieren mucho del proceder de un marihuanero, puede que los narcotraficantes utilicen tanto la una como la otra para su negocio, pero ante las autoridades la lucha es disímil, por esto vemos cierta complacencia en el uso de marihuana en Estados Unidos, aplicada con diferentes finalidades incluida la medicinal. Ante los grandes sembrados de cannabis en varios Estados de Norteamérica, el control mundial sobre esta droga, como bajo su cultivo en países productores, momento que indujo a incrementar la producción de cocaína en el mundo. Terminemos aceptando la influencia de las drogas en comportamientos delincuenciales, lo importante es establecer cuáles son las más usadas por delincuentes, para enfilar los esfuerzos hacia ellas y poder tratar el resto de drogadictos como enfermos menesterosos de tratamientos y comprensión de la sociedad y el Estado.