El coletazo del Bronx
Duro de manejar el tema del lunar bogotano ubicado en la calle 10 con carrera 15 de la ciudad, más conocido como la calle del Bronx; se han dado a lo largo de los años muchos enfrentamientos entre autoridades de toda índole, interesadas en combatir esos puntos de comercio, albergue de narcotraficantes, drogadictos, expendedores o jibaros y todo tipo de delincuencia que se abriga al amparo de estos lugares reservados para la delincuencia y proscritos a las autoridades; si recordamos los tiempos del Cartucho no se pude escapar de la memoria que las dos ollas funcionaban separadamente con componentes diferentes e independientes, vino la intervención del Cartucho y varios de sus elementos migraron hacia el Bronx, pero no fue representativo el deslizamiento de un punto a otro porque la intervención no fue improvisada y tuvo continuidad en dos administraciones, de lo contrario, la dinamización del bloque humano hubiera sido fatal para la ciudad, sin embargo, para ese tiempo se alcanzó a reportar cierta invasión en zonas periféricas propicias a recibir este tipo de patologías.
Nos preocupa hoy el manejo dado al Bronx, pues tanto autoridades como medios de comunicación y la misma ciudadanía ven con desasosiego la disparidad de conceptos sobre el momento actual y futuro del lugar. Y no es para menos, las autoridades tiene una problemática difícil de manejar por la cantidad de aristas que la rodean. Permítanme contarles que durante mi comandancia en la Policía Metropolitana de Bogotá, tratamos de recuperar el sector y con la Secretaria de Obras emprendimos una cruzada, encaminada a rescatar la cuadra, pavimentando las calles y censando los habitante e identificando propietarios de inmuebles invadidos por las diferentes pandillas, debo reconocer que el resultado fue deprimente, los inmuebles violentados, estaban destruidos y convertidos en ruinas acogiendo todo el lumpen del sector, resultando el trabajo infructuoso dada la renuencia de los propietarios para apersonarse del proceso recuperador, algunos por temor, otros por desaliento frente a las circunstancias. La experiencia enseña que los gobernantes deben encarar la problemática con arreglo a las leyes, buscando acompañamiento de todas las fuerzas vivas, las autoridades, la administración con todos sus componentes, y la Policía Nacional, no se trata solo de intervenir con la fuerza, urge desarrollar ¡un plan de largo aliento! buscando recuperar la masa humana, comprometiendo familias vergonzantes que las hay muchas y demandando recursos suficientes para iniciar una resocialización en todo sentido.
No hablemos del comercio de drogas en el país, no hablemos de ollas ubicadas en toda la geografía urbana, concentremos un esfuerzo supremo focalizado hacia el Bronx, buscando ubicar y resocializar los residentes del sector en lugares especializados y armonizados,no desechar lo logrado hasta el momento y menos desfallecer con el atardecer de una administración.