“Programas de seguridad de forma consensuada”
PRISMA
Ciudades a la expectativa
DE cara al futuro y con los nuevos alcaldes, el país tiene muchas curiosidades por el manejo que éstos les puedan dar a las administraciones en sus respectivos municipios, partiendo del principio de que, salvo contadas excepciones, la percepción sobre seguridad es muy negativa. Con motivo de las pasadas elecciones, en la mayoría de ciudades se adelantaron estudios para medir el estado y concepto ciudadano sobre aspectos cruciales, entre los que contamos la seguridad, arrojando como resultado una sensación de angustioso abandono en la mayoría de los municipios, razón de más para prender las alarmas y veedurías hacia ese tópico tan sensible al conglomerado, sobra reconocer que las mencionadas investigaciones apuntaban a lograr una orientación clara del estado en que se encontraba el tema, no para descalificar, auditar ni juzgar una administración, pues esa tarea la desarrollará el tiempo y la misma ciudadanía; solo se fincaba el trabajo en la necesidad de contar con diagnósticos que permitieran desde las mismas campañas presentar planes y programas a futuro, comprometiéndose los candidatos ante el electorado en colmar los anhelos y expectativas generadas en sus propuestas
El mencionado recurso les ha facilitado a los candidatos elegidos acceder a una información, en otros tiempos desentendida y hoy privilegiada, que está pidiendo a gritos más atención, pues algunas administraciones muy bien intencionadas brindan especial cuidado a temas sociales, dirigiendo la gestión a lograr una ciudad plena de comodidades y confort, diseñada para asegurar buen disfrute ciudadano, pero olvidando el miedo y todas las barreras que obstaculizan la buena recepción de seguridad, arruinando cualquier intento por tener sensaciones de tranquilidad estable y prolongada, ningún municipio aunque parezca imposible puede contar con estados de total seguridad, sin organizar su colectividad, la administración, la autoridad y la justicia, en un solo tejido social.
Lo importante estriba en el cumplimiento de los compromisos por parte de los nuevos burgomaestres. Recordemos que los electores tienen la gran esperanza de ser escuchados y esperan que todas sus expectativas se cubran en la dimensión prometida, seguramente permanecerán vigilantes tratando de corroborar hasta qué punto se operan los cambios en materia de programas y proyectos con miras a dinamizar ese sentido de pertenecía, implantando medidas de control, orden o disciplina en el comportamiento ciudadano, lo anterior basado en experiencias donde personas, gerentes, administradores y ejecutivos se enfocan en algunos temas de su preferencia, poniendo toda la energía en lograr metas acuñadas con anterioridad o concebidas como prioritarias por el entorno asesor, dejando de lado aquellas constituidas en prioridades para la tranquilidad de los habitantes. Qué saludable sería convencer a los alcaldes de convocar la ciudadanía, los medios de comunicación y todas las fuerzas vivas de la región, para concebir, desarrollar e implementar los programas de seguridad de una forma consensuada.