General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Julio de 2015

 

“Actos cuyo objetivo es generar miedo e inseguridad”

PRISMA

El triste ataque ambiental

 

HACER  un balance sobre el daño ambiental producido por la subversión en los últimos días no tiene  sentido, pues el país entero está informado y aún no sale de su asombro ante la demencia de estos hombres, pero es bueno hacer un análisis de la estrategia.

Debemos entender que todos estos actos llevan un mensaje de guerra, de guerra irregular, donde se estilan este tipo de procedimientos, cuyo objetivo es generar miedo e inseguridad entre la población. Estos hechos tienen la intención de mostrarle al ciudadano la incapacidad del Gobierno, para neutralizar cualquier agresión contra las personas o la infraestructura, es decir, eventos  identificarlos como tácticas terroristas, para los cuales el perjuicio no es tan importante como el mensaje sicológico, la desazón y el miedo concebido en el interior de la sociedad, contando claro está, con el desconcierto del Gobierno y sus fuerzas, sobra decir que el  resultado relacionado con propaganda y difusión de la noticia es incalculable. Para las intenciones  subversivas el terrorismo tiene un pariente en el sabotaje, utilizado en momentos especiales del conflicto, logrando el  destrozo convenido y programado de una instalación, vía, medio de comunicación y, en fin,  cualquier propiedad que a su juicio se  encuentre al servicio de la nación, bien sea privada o estatal; al contrario del terrorismo en el sabotaje cuentan mas las  consecuencias materiales, por la repercusión hacia la comunidad que en ultimas repetirá contra los gobiernos, en demanda sin escatimar costos el  restablecimiento y reparación; las ventajas del saboteo residen en el poco personal necesario para su implantación, existen muchas actos  que  un solo miembro de la organización delictiva puede realizar, permitiendo por su poco compromiso de personal ejecutar varios episodios aislados en un corto período de tiempo. El trabajo de los dirigentes consiste en identificar blancos y establecer la estrategia de acuerdo con sus intereses, recurriendo al terrorismo o al sabotaje porque los resultados deben ser eficaces para su objetivo, pero en ambos casos  esperan sean duraderos en el tiempo.

De las anteriores consideraciones podemos sacar una deducción muy aterrizada, y es que la subversión busca mostrarse capaz de ejecutar hechos  desestabilizadores, no solo atacando la fuerza pública ¡por el riesgo! Sino atentando contra los intereses ciudadanos, eludiendo de paso el enfrentamiento armado con las Fuerzas Militares, fortaleza que en la mesa de negociación le permite presentarse con potencial  para  hacer valer e  imponer sus puntos de vista. Ante estos ataques, los gobiernos se apalancan en los consejos de seguridad, donde se diseñan estrategias  y se racionan responsabilidades, que por recomendación no deben ser difundidas a la ciudadanía, solo llamando a la colaboración, el compromiso con su propia seguridad, estableciendo y facilitando la comunicación por líneas permanentes y  bien atendidas, tendremos los ciudadanos  apoyando el programa.