Seguridad ciudadana en posconflicto
El mayor anhelo de los colombianos es lograr en todos los rincones patrios esa tranquilidad hija de la seguridad, especialmente cuando acariciamos la paz venidera, que demandará una policía capaz de atender las necesidades e idónea para dirimir los conflictos ciudadanos, tan comunes en el devenir policial.
Nuestra venerada institución, en cumplimiento de su misión constitucional, ha realizado operaciones reconocidas nacional e internacionalmente contra diferentes organizaciones delictivas, que se han convertido en símbolo de sacrificio y entrega profesional, sus hombres, llegado el momento no renuncian al supremo sacrificio en defensa de la sociedad, prueba y testimonio de ello consta en esa soberbia historia de la Policía Nacional colombiana; no obstante ese reconocimiento, los ciudadanos tienen unas preocupaciones de perfiles más locales, direccionados hacia el entorno residencial, laboral y familiar, que les mantiene alerta en sus desplazamientos por espacios públicos de determinados sectores o barrios, convertidos con el paso de tiempo y la misma falta de compromiso ciudadano, en amenaza permanente contra la tranquilidad.
Para hacer frente a este tipo de amenazas, la institución de tiempo atrás ha fortalecido la policía comunitaria buscando un acercamiento de los uniformados con la comunidad, y para ello se han diseñado diferentes estrategias que se viene ajustando paralelamente al progreso tecnológico; la Policía como la mayoría de entidades, gremios y asociaciones, le apuesta a la paz, y sus mandos son conscientes del compromiso futuro ante el país, por lo tanto se encuentran impulsados y dedicados al desarrollo de estrategias tendientes a dinamizar este servicio comunitario, reconocido hoy por hoy, como la esencia misma del servicio de policía y que todo miembro de la institución como profesional de policía reconoce y practica, pues la auténtica vocación fija horizontes que demandan dedicación exclusiva a la comunidad, buscado solucionar los problemas de convivencia y seguridad.
Una policía fortificada, dinamizada y tecnificada podrá encarar el período de posconflicto, con lujo de competencia, reconociendo que el problema ante todo será de convivencia, entendimiento y comprensión , hecho que le obligará a priorizar la prevención de los delitos sobre la reacción ante acciones delictivas, valorando las actuaciones de la policía comunitaria, como lo que en realidad son, la actitud y el principio rector del servicio de policía, tan espinoso de definir y tan estudiado por diferentes académicos, los mandos deben entender que los estímulos y distinciones reservadas especialmente a miembros de la institución destinados en servicios especiales, donde los operativos contra la delincuencia organizada se adelantan con personal experto, deben también direccionarse hacia los comunitarios. Llegó la hora de valorar el servicio comunitario y distinguir los hombres que dedican todo su esfuerzo a la comunidad. Tanto reconocimiento merece quien captura o recupera como el que organiza la sociedad y previene delitos.