PRISMA
El Ministerio de Seguridad
Este tema, tocado y defendido con vehemencia por su servidor en notas pasadas y que cándidamente pensamos la mayoría de oficiales en uso de buen retiro, -sustentados en nuestras manifestaciones-, se encontraba sepultado por lo menos hasta pasada esa anhelada firma de la paz y encarado el posconflicto, pues somos conscientes de que el futuro institucional terminara en un ministerio deferente al de Defensa; resulta ahora, revivido por boca del presidente Juan Manuel Santos al manifestar que uno de sus proyectos de gobierno será la creación del Ministerio de la Seguridad.
Por el mes de agosto del año pasado se pronunció sobre el asunto el doctor Santos, acompañado del Presidente de la Cámara de Representantes quien presentó un proyecto de ley sobre la creación de dicho ministerio, teniendo como respuesta la reacción del Colegio de generales retirados de la Policía Nacional, mostrando su inconformidad entre otras cosas por lo improvisado del contenido y la falta de consideración o deferencia al desconocer de tajo para la elaboración del acto, posibles aportes de hombres activos y retirados de la institución.
Como en aquella ocasión la sorpresa nos atropella de nuevo, pareciera que las reuniones con el Ministro de la Defensa no hubieran existido y la claridad que sobre el tema le hicieran exdirectores de la institución, no logro persuadir al jefe de la cartera para aplazar el plan, hasta tanto las circunstancias sean más propicias -lásstima grande-; volviéndome un tanto repetitivo quiero recordar que en ocasiones pasadas, informaba a mis amigos sobre la existencia de un ideal dirigido a elevar la institución al nivel ministerial, programa ventilado con el presidente Andrés Pastrana cuando se acariciaban vientos de paz futura, debate desestimado en la época, precisamente por entender que el don de la oportunidad no era el mejor, como en la actualidad tampoco el panorama es ideal, analicemos: un gobierno en posconflicto, con un ministerio naciente, una fuerza pública fisurada por la salida de la Policía del Ministerio de la Defensa, porque querámoslo o no, el paso generará traumatismo en el interior de las fuerzas, especialmente de la Policía, institución que deberá absorber el cambio y concienciar sus hombres ante los beneficios futuros que tal movimiento les prodigará, -de seguro serán muchos-, sumemos un número indeterminado de desmovilizados para reubicar, convertidos en bombas de tiempo ante cualquier situación de inconformidad, en fin, son muchos los frentes que el Gobierno debe plantearse mirando al posconflicto, razón de más para tener una fuerza pública unida comprometida y concientizada de su responsabilidad, ante ese estado neurálgico en el futuro del país.
Superado el reto, la escena cambiará diametralmente y podremos cristalizar nuestro anhelo de ver nacer el Ministerio de Policía y Seguridad.