El gasto público en Colombia tiene tres grandes problemas que no pueden ser ignorados en el debate a ocupar la Casa de Nariño en 2022: es ineficiente, es inequitativo, y siempre crece sin importar la realidad de la economía.
Es ineficiente en cuanto no logra construir una sociedad más equitativa, el coeficiente de Gini se mantiene en el mismo nivel antes y después de transferencias e impuestos, es decir somos igual de inequitativos con o sin Estado. Es inequitativo e incluso un tanto injusto porque el 20% de colombianos más ricos que se queda con más del 20% de los subsidios. Pero quizás su mayor problema es que siempre tiende a crecer, en ocasiones por encima de lo que crece la economía, y cada año el gobierno de turno celebra haber aprobado el presupuesto más alto de la historia, como si eso fuera sinónimo de mejora en la calidad de vida de las personas.
Gastar más no significa lograr resolver las necesidades de las personas, esto solo beneficia a quienes trabajan en el gobierno, lo que necesitamos es gastar mejor. Por eso Libertank en su documento “cinco propuestas para el crecimiento y el empleo” está proponiendo limitar el gasto público al 30% del PIB, cifra que está lejos de ser pequeña y que le deja al Estado recursos interesantes. Sin embargo, esta medida obliga a buscar ser eficientes y más importante aún a generar un ambiente propicio para la inversión y la generación de riqueza, si quieren gastar más tendrán que ayudar a que la economía crezca más.
La iniciativa de Libertank también va acompañada de una revisión de entidades del Estado que poco o nada contribuyen a generarle valor a los ciudadanos. El documento tiene un listado extenso de entidades que podrían fusionarse, reducirse y eliminarse. Ojalá los candidatos lo revisen en detalle y le propongan al país una verdadera reducción de la burocracia estatal y no sea solo una propuesta más en un discurso cosmético sin fondo para ganar votos.
Además de restringir el crecimiento del gasto público y revisar las entidades que no agregan valor, es interesante revisar la posibilidad de implementar un presupuesto base cero. ¿Qué quiere decir? Que cada año los gobiernos (nacional, departamental y municipal) construyan sus presupuestos partiendo de cero, justificando cada uno de los gastos en todos los rubros y categorías. Hoy simplemente se dedican a aumentar y pocas veces reducir el presupuesto del año anterior, sin mayores revisiones del funcionamiento completo del sistema.
Este proceso además debe hacerse con la mayor transparencia y acceso a datos por parte de la ciudadanía, cada centavo que gasta el Estado debe estar justificado. Sumado a esto, los gobiernos deberían presentar dos presupuestos, con el que van a gobernar en condiciones normales y uno de crisis que debería ser de un 15% por debajo del valor y se activaría en casos de crisis económicas como la producida por las decisiones de los gobernantes para enfrentar el virus.
Los invito a leer la propuesta completa en libertank.com