Gabriel Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 10 de Abril de 2015

Panorama despejado

 

FRACASÓ  la pretensión de Benedetti de torpedear una posible candidatura de Germán Vargas Lleras a la Presidencia de la República para el período 2018-2022. El Congreso aplastó las aspiraciones del senador costeño, por descabellada y despejó el panorama. Hasta Uribe la consideró ridícula, y a pesar de que varios de sus partidarios la respaldaban, desautorizó esas ambiciones. Dijo que con esa intención se causaba un grave daño a la “credibilidad democrática”. Y canceló así la aspiración del pantallero congresista.

Este país delira por estar modificando la Constitución para beneficio de personas, grupos, gremios y ciertos intereses. Es absurdo que un colombiano que está haciendo las cosas bien, no tenga derecho a aspirar a la Presidencia. Benedetti quería impedirle a Vargas Lleras participar en la contienda -increíble- porque está trabajando para sacar adelante importantes obras que el país requiere con urgencia y, que dicho sea de paso, lo muestran como un gran ejecutor.

Olvidó que otras personas que están trabajando, en diferentes áreas, podrían tener aspiraciones semejantes a las del Vicepresidente. Entonces también debería haber redactado su desorientada propuesta, cobijando a los parlamentarios que se muestran durante todo el tiempo, a quienes aspiren a la Procuraduría, a la  Contraloría y a otras dignidades.

Lo que el país quiere es acabar con las reelecciones que tanto daño hacen, como lo hemos experimentado. Pero realmente estas deberían abarcar a los parlamentarios y en general a quienes aspiren a cualquier cuerpo colegiado. Esa sí sería una propuesta sensata y edificante. Así tendríamos caras nuevas en el Congreso, las asambleas y los concejos.

Sepultada la aspiración de Benedetti, Vargas Lleras puede continuar su tarea al frente de una Vicepresidencia que trabaja y que nos pondrá a la vanguardia, con unas vías de cuarta generación, que nos permiten competir con otras áreas en materia de exportaciones. Nos queda, sin embargo, una tarea ardua: la de adecuar el tránsito interno de las ciudades, para que no nos suceda lo de Bogotá, en donde hay un alcalde inamovible, en virtud de un fallo de la Corte Constitucional que nos castigó con blindar a Petro, a pesar del querer de 8 o más millones de habitantes que padecen su paso por esta capital.

Blanco. El dólar se está autocontrolando. Lo que no pudo hacer la autoridad monetaria.

Negro. Se perdió la oportunidad de eliminar la Ley de Garantías.

gabrielortiz10@hotmail.com