Gabriel Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Octubre de 2015

BLANCO Y NEGRO

Código antipetros 

Restan RESTAN  91 días padeciendo a Petro, sus locuras e irresponsabilidades. Este tiempo le alcanzará para poner a volar su torcida imaginación y ocasionar traumas, despilfarros y actos demenciales, para mortificar, hasta el último día a los bogotanos.

El desastre Petro debe llevar a Colombia, a elaborar un “código antipetros”, que vacune a todos los municipios contra la aparición en sus alcaldías de  fenómenos arrasadores, como el que azotó a la capital de la República. Es fácil lograr este cometido: basta tomar cada una de sus actuaciones y plasmarlas en una ley que prohíba a cualquier persona con esos vicios, desempeñar cualquier cargo de elección popular, de libre nombramiento o de cualquier forma de nominación.

Así se podrá contar con gente idónea, pulcra y servidora de la comunidad en la administración pública. De lo contrario tendremos “petros” por doquier, que envilezcan lo que toquen. Petro acabó con la tutela para escapar a la justicia, contrató a dedo para eludir los controles, destruyó lo existente, le importó un comino la movilidad, invadió avenidas calles y andenes con improvisadas ciclo-vías que de nada sirven, amparó con normas amañadas a sus parientes, impidió la construcción de nuevas vías para descongestionar, con dudosos e inocuos contratos quiso tapar los huecos, incumplió las promesas hechas durante su campaña, no construyó escuelas ni colegios, eliminó comedores comunitarios, diezmó programas de salud. Entregó la ciudad a la delincuencia. Acabó con el civismo. Elevó estruendosamente los impuestos. Se dedicó a hacer demagogia.

Lo único que ha fomentado es la lucha de clases, el atropello y el despilfarro, el desorden, la inseguridad, la suciedad, los días sin carro y todos los desafueros.

Como tampoco quiso construir el metro, algunos candidatos a remplazarlo, anuncian nuevos estudios -que valen millonadas- para cambiar el trazado, es decir, para aplazarlo indefinidamente.

Bogotá necesita una total reingeniería acompañada de planes efectivos de seguridad. Un verdadero Alcalde, que encaje en el “código antipetros”, que la saque de la hecatombe en que la deja el aventajado alumno de Maduro y Chávez. Una ciudad segura y con desarrollos viables, no con “maquetas” de obras, que tardarán años. Que no odie los carros. La acción debe ser ya aplicando el “código antipetros”.  

Blanco. Los dirigentes del mundo alaban la paz de Colombia. ¿Habrá tantos equivocados?

Negro. Arde Colombia, se acaba el agua y los alcaldes politiqueando.

gabrielortiz10@hotmail.com