BLANCO Y NEGRO
Los huecos de Petro
Este doctor Petro cuenta aún con 349 días para destruir la capital de la república y está prácticamente blindado con las leguleyadas que utilizó para escapar al Procurador, quien al parecer abandonó sus funciones frente al hombre que le dio el voto en el Senado, cuando fue elegido.
Petro no ha tenido el tiempo suficiente para cumplir su objetivo, menos ahora cuya preocupación está dedicada a favorecer a sus parientes con los proyectos de vivienda que adelantan en La Conejera. No se ha dado cuenta del costo ecológico que ello conlleva. Tampoco le ha alcanzado para enterarse de que, como decían los paisas de Medellín, “en Bogotá, hay más hoyos que Rodríguez”. No hay una sola calle, avenida o vía, apta para transitar. Solo se enteró de los huecos, para firmar un jugoso contrato con el cual introdujo unas máquinas inoperantes e inútiles que llamó “tapahuecos”. Ese contrato y esas máquinas, no han realizado una acción que pueda ver la ciudadanía. Lo que tapan, la más leve brizna lo destapa. No resisten camión, carro grande o pequeño.
Como consecuencia de la desastrosa acción del Alcalde y su IDU, la movilidad ya no existe. Cualquier diligencia les cuesta el día a los bogotanos. El Instituto encargado de remendar el sistema vial, abre morosas licitaciones para encontrar quién pueda adelantar esa labor, y solo ahora cuando solo les restan 11 meses. Qué desfachatez, qué cachaza.
Es tal el desgobierno, que la Policía, para evitar un colapso con la operación retorno, tuvo que tapar los cráteres de las entradas a la ciudad, y desde luego, recibió palo de los favorecidos y amigos de Petro. ¿Habrá posibilidades de entablar acciones ciudadanas que permitan hacer el cambio antes de que este hombre destruya lo poco que queda en pie? Su afán de adjudicar la licitación para la construcción del Metro, está orientada a aparecer en el libro de récords con el más grande hueco de capital alguna.
Blanco. El respaldo mundial a los hombres del humor dentro del lápiz.
Negro. El precio de la gasolina hoy en la región de Dallas en Estados Unidos, es de US$ 1.60 el galón. Al cambio actual, a 3.888 pesos colombianos. En nuestro país, vale 8.400 pesos. 4.512 pesos más. Dicen que el problema es que no entendemos cómo se fijan los precios en Colombia y realmente no sabemos.