Gabriel Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Noviembre de 2014

Bogotá a 10 KPH

Ni los más expertos pronosticadores llegaron a concebir la lentitud que podría alcanzar la capital de la República de Colombia. Aparte del desbarajuste, del desgobierno, de la improvisación, de la interinidad permanente, de la corrupción y de las siete plagas que hoy padece, Bogotá soporta una “desmovilidad” que la paraliza… y no tiene dolientes.

Los últimos alcaldes que han pasado por el Palacio Liévano, han odiado los carros y, por ello, abandonaron la malla vial. Y más aún, la disminuyeron. Peñalosa a quien consideran uno de los mejores, procedió a reducir los 5 carriles de la 15 a 3. ¡Qué alcaldada tan brillante! A Mockus hay que abonarle la cultura ciudadana que nos imprimió. Pero de ahí no pasó. Trasladarse de un sitio a otro de la capital es prácticamente imposible. Nadie logra adelantar dos diligencias en un día.

Solo existe movilidad, en el aviso que la dependencia tiene a la entrada de ese despacho. Es algo desesperante, que ha elevado el nivel de agresividad de los habitantes, el desorden, el matoneo, el vandalismo y violencia contra los bienes de la misma comunidad.

Los investigadores, han concluido que el tráfico se desplaza a 10 kilómetros por hora en promedio. Hay vías -la calle cien entre Autopista y la séptima- que se movilizan a razón de uno o 2 KPH. Y nada pasa, nada sucede, con un alcalde que solo actúa para favorecer a sus parientes con licencias de construcción que destruyen los humedales. Son los únicos constructores que logran adelantar proyectos exitosos, porque los tradicionales, están trabajando a pérdida por las alcaldadas de Petro. Este y sus despistados “colaboradores” improvisan en todo. Ahora buscan imponer el pico placa a las motos y veladamente hablan de peajes para estos vehículos, con lo cual nos están preparando para este nuevo atropello a los carros en diferentes vías capitalinas.

Este Petro es la peor carta que tienen los mandatarios locales para que se establezca la prolongación de sus períodos dentro de la ley de equilibrio de los poderes. ¿Qué tal Bogotá, con un Petro por más años? La capital no se merece semejante tragedia. Con la actual es suficiente para pagar el precio de ser una ciudad de nadie.

Blanco. La intervención de la Universidad San Martín. Que se dedique a vender carne.

Negro. La humillante placa cartagenera.

gabrielortiz10@hotmail.com