San Valentín y el río Bogotá
Este comienzo de año he podido observar con detenimiento el acontecer en EU y con satisfacción encontrar un nuevo clima frente a la realidad colombiana mejorada, infortunadamente, por el calvario que ahora soportan los mexicanos, con sus “pablos escobares” y las florecientes industrias del narcotráfico, los traquetos y el secuestro.
Los norteamericanos viven las elecciones primarias de los Republicanos para escoger el candidato que enfrentarán a Barack Obama este año. El ex gobernador de Massachussets Mitt Romney avanza fresco, según los resultados que ha obtenido en Iowa y Nuevo Hampshire. Muchos consideran que se trata de un hombre con poco carisma y sin el discurso que posee el actual Presidente.
Se ocupan de la norteamericana deportada hacia Colombia, cuya carrera parece estar orientada al cine por sus dotes de mentirosa y por la ingenuidad de las autoridades migratorias de Estados Unidos, enceguecidas con las deportaciones de los hispanos.
Les preocupa la visita del “atómico” Mahmud Ahmadinejad, presidente de Irán, al continente americano y la fuerte recuperación de la General Motor, que acaba de recobrar el primer puesto en ventas de automóviles en el mundo. Las promesas de Obama a los indocumentados y de la expulsión de los diplomáticos venezolanos son temas de actualidad.
Pero aún no se han dado cuenta de lo que será para este país un San Valentín, la fiesta de los enamorados, sin las rosas colombianas.
El día de San Valentín se celebra el 14 de febrero como un homenaje al Santo que rompió la orden de no permitir el matrimonio de los soldados romanos, porque el Emperador Claudio consideraba que si se casaban perdían el valor en la guerra.
El río Bogotá destruyó muchos de los cultivos de flores colombianas, que abastecen 80 por ciento del mercado norteamericano. Solo habrá “rosas ec”, es decir ecuatorianas, pero muy pocas “rosas co” estarán en el mercado. El mal manejo que se ha dado al río dejará a San Valentín sin nuestras apetitosas flores y a los floricultores con enormes pérdidas.
Blanco:El rechazo de la gente pensante y ecuánime a los comunicados y “trinos” del ex presidente Uribe para defender a quienes tienen serias cuentas pendientes con el país y con la Justicia.
Negro:Uribe puso de moda las críticas a los sucesores, casi antes de posesionados. La están practicando a la perfección Peñalosa y Parody.