Mordaza gerencial
¿VALDRÁ la pena tener unos medios en poder de gerentes sin criterio y apoderados de supuestas libertades elaboradas a su manera? ¿Será que los directores han pasado a un segundo plano en Colombia, país en el cual se han comprado periódicos, revistas, radios, televisiones y demás organizaciones periodísticas para defender conocidos intereses de quienes poseen dinero y poder?
Lo ocurrido con Canal Capital, según relato del colega Daniel Coronell, es apenas una muestra de lo que viene aconteciendo desde hace años con algunos medios de comunicación, privados, semi-privados, oficiales y comunitarios. El poder y el dinero, los manejan. La información se manipula y “orienta” desde oficinas de comunicaciones y agencias de publicidad. Los “rating”, pocas veces se tienen en cuenta para repartir las pautas.
Es tal el apetito de quienes quieren mostrarse y adquirir control, que compran medios a su antojo. Funcionario que se respete tiene canal de televisión, estación de radio y periódico. Ahora todo es más fácil, con la aparición de Internet, que permite aquello sin mayor inversión.
La forma como se maneja el Canal Capital, nos prueba que ya el periodismo abandonó su servicio a la comunidad, su imparcialidad y su objetividad, a cambio de un presupuesto que permite orientarlo en la dirección que los “dueños” buscan en provecho propio.
El comunicado de Holman Morris, a quien respeto como un gran cronista de televisión, nos muestra lo que ocurre con los nuevos gerentes-directores que manejan a su manera los medios, para afianzar a funcionarios poco confiables. Su objetivo, es “poner la política editorial al servicio de la Bogotá Humana”. Es decir, que ella incluye hasta la censura de prensa. Antes en el Canal Capital existía pluralidad ideológica. Alfonso Gómez Méndez y otros ilustres colegas y pensadores, la ejercían. Ahora poco, aunque hay gerentes responsables y respetuosos. El objetivo, en Bogotá ha sido la defensa de un alcalde que ha armado manifestaciones y lanzado peroratas utilizando descaradamente el canal que pagamos los contribuyentes.
Antes, el gerente era el gerente, el director era el director y el dueño era el dueño, respetando la independencia. Eso dejó de existir. Como dejó de existir el principio que nos inculcó el expresidente Belisario Betancur: “prefiero un medio desbordado, a un medio amordazado”.
Blanco. El respaldo de la Iglesia Católica al proceso de paz.
Negro. La demencia con la que Farc y Eln mancillan a la población colombiana.