Revolución sin capuchas
Nadie se explica cómo uno de los países petroleros más ricos del mundo, llegara a la situación tan deprimente de hoy. La riqueza es tan grande, que todos sus habitantes podrían vivir en la opulencia, pero nunca los venezolanos imaginaron que tendrían problemas de abastecimiento, de golpes a la libertad de expresión, y tantos problemas.
La polarización amenaza con una guerra civil que empieza a gestarse. Cuando las dictaduras tratan de afianzarse en el poder, los tiranos acuden a lo que sea, sin importarles las consecuencias. Lo padecimos en Colombia cuando nuestros periódicos tuvieron que acudir a otros nombres para poder circular. En ese entonces, como ahora ocurre en el vecino país, los estudiantes se lanzaron a las calles y ofrecieron sus vidas para defender las libertades. Ante la ausencia de medios de comunicación libres, los muchachos acudieron a las redes sociales para convocar una marcha de protesta en paz, sin capuchas, con el único propósito de condenar los desmanes de un gobierno dudoso. Todo funcionaba perfectamente, hasta cuando los partidarios del gobierno, con sus milicias bolivarianas, con sus acostumbradas capuchas y amparados por la fuerza pública, empezaron a agredir con perdigones y balas a los marchantes que ya estaban en las calles de más de 30 ciudades.
Sólo existía un medio que informaba con imágenes irrefutables sobre los hechos a través de dos cable operadores. Claudia Gurisatti, nuestra colega colombiana, se impuso y mostró la situación con todo profesionalismo. Como cualquier sátrapa, Maduro y sus secuaces procedieron a censurar a la Cadena NTN-24. La sacaron del aire.
Esta mecha apenas está prendiendo, lo demás vendrá en breve tiempo. Es cuestión de esperar, porque las dictaduras saben cuándo usurpan, mas no cuando las derrocan.
Blanco. Con la alegría y la sonrisa imborrable de siempre, partió el más grande de la Televisión Colombiana. Fernando González Pacheco, ese amigo entrañable, ese hombre que tenía el más potente imán para congregar a la niñez a la que le entregaba entusiasmo, esparcimiento y diversión, se fue sin haber logrado su máxima aspiración: la paz para Colombia, país que consideraba la patria más bella del mundo, a pesar de haber nacido en España. Paz en la tumba de este gran valor humano.
Negro. Solo falta que Kiko Gómez, el destituido gobernador de La Guajira, acuda a Petro para escapar con toda suerte de triquiñuelas a la justicia.