Curules a 3.000
Mucha gente despertó sobresaltada el lunes, cuando la radio tenía en directo al expresidente Uribe con una proclama como las que acostumbraba cuando estaba al mando de la Casa de Nari. Anunció su participación en las elecciones parlamentarias, desacreditando al gobierno Santos, al cual nada le ve. No existe. Estos tres años han sido estériles.
El rollo de sus tres huevitos fue eje central. Criticó la seguridad, la justicia no tiene nivel académico, hay incertidumbre en la inversión, la política social está estancada, hay derroche de los recursos oficiales, se abandonó el diálogo popular, denunció la entrega del país al “castro-chavismo”. Expresó que durante su paso por el Congreso buscará la austeridad estatal, le parece ahora lógica, la utilización del 4 por mil para la agricultura -por la que nada se hizo en 8 años-, la eliminación de las EPS ineficaces, que él fomentó, ofreció prima de vivienda para los trabajadores -no casas gratis-, y cantidad de cosas más.
Muchas las promesas, pero nada se le escuchó sobre el respeto a la Constitución, control a la corrupción, programas sociales, zonas francas, Agro Ingreso Seguro, Yidispolítica, parapolítica, falsos positivos, infraestructura, cortinas de humo, presiones a la justicia, emergencia social para deteriorar la salud, desempleo galopante, parcialidad electoral, TLC mal negociado, fracaso del Plan 2.500, pésimo manejo internacional, negligencia en el caso del Archipiélago y ene mil fallas más en 8 años.
Culminó anunciando “lista de lujo…¿?” para Senado y Cámara. Me comentan que cada candidato que se encuentre entre los primeros 20 para la Cámara Alta, debe pagar 3.000 millones de pesos, los siguientes diez 2.000 millones y de ahí en adelante 1.000 millones. Además, cada candidato debe asumir los costos de su campaña. No se sabe qué destino tomarán los fondos que le regresen al movimiento, según el número de votos obtenidos. ¿Quién se los embolsillará?
Aprovechó la oportunidad para meternos nuevamente el cuento de “trabajar, trabajar y trabajar”. La memoria aún nos trae aquellos 4 años que nos quedó debiendo, porque los dedicó a tratar de imponernos un nuevo período. Así que vamos preparándonos para su perpetuidad en el odiado Congreso, porque no creo que se resigne a simples 4 años.
Blanco. La firmeza del Gobierno para defender nuestras islas y nuestro mar, con vehemencia y contundencia.
Negro. El manejador de imagen de Enrique Peñalosa.