GABRIEL ORTIZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 26 de Abril de 2013

Monarquía siglo XXI

 

Tremendo el grito escuchado por solo dos años de extensión del período presidencial, cuando pensábamos que el “articulito” ya nos había acostumbrado a soportar los atropellos de que hemos sido objeto durante los últimos años.

Pachito, con ímpetu pendenciero, llamó “traidor” a su pariente gobernante porque, no se convirtió en amanuense, mandadero, títere, pelele o espantajo de Uribe. ¿Desde cuándo los nuevos elegidos deben ser monigotes de los salientes? Cada quien tiene su manera de gobernar y cuenta con ideas propias para sacar un país adelante. Hasta donde sabemos, Colombia aún, no es una monarquía del siglo XXI, en la cual haya que dejar a cualquier “maduro”.

Interesante propuesta la de Juan Manuel Santos, de recortar en dos años el discutible período que nos dejó establecido su antecesor. México, cuando las cosas estaban podridas, estableció en su Constitución períodos de 6 años y fue más allá: sin reelección. Hay un estribillo que pregonan los ciudadanos: ¡sexenio sí, reelección NO!, con el cual han frenado los ímpetus de ciertas mentalidades dictatoriales y anarquistas que, aún hoy, buscan imponernos oscuros personajes para llegar así a altas posiciones, para aprovecharlos, exprimirlos y seguir con la riendas del poder.

El Presidente fue enfático en advertir que, cualquier modificación constitucional en estas materias, se hará con el próximo gobierno y el próximo Congreso. “Jamás sugeriría algo así en beneficio propio”, afirmó.

Por lo pronto los verdaderos demócratas estarán alerta, para evitar que las cosas puedan tomar rumbos inesperados. El Congreso estaría ávido de una ampliación de su actual período, lo mismo que las asambleas, concejos, gobernadores y alcaldes. Si a ello llegáremos más adelante, valdría la pena unificar todo en una sola elección, para ahorrar dinero y desde luego, señalando que todos los períodos sean de seis años, sin fraccionar. Debería cobijar procuradores, contralores, fiscales, magistrados y demás.

Por ahora Santos, con la paz en el bolsillo, tendrá que aguantarse estos ochos años, y los del Puro Centro, a “twittear” y esperar… esperar… y esperar.

Blanco.La nueva calificación que Standard & Poor’s le ha dado a Colombia. Ello demuestra que este gobierno ha garantizado la confianza inversionista. Deudas a largo plazo pasaron de BB+ a BBB y las de corto plazo de B a A3. Esto no se lograba desde 1999.

Negro. Sobre las coordenadas hubo traición a la Patria y espionaje. ¿Quién responderá?

gabrielortiz10@hotmail.com