Valorización sin destino
Desde que los alcabaleros colombianos se inventaron el impuesto de valorización para financiar obras que no tenían previstas, ni planeadas, sino que hacían parte de los famosos “globos de ensayo” que lanzaban para congraciarse con sus adeptos, este gravamen ha servido para todo, menos para los fines para los que fue creado.
Eso está pasando en Bogotá, en donde grupos de concejales, muchos de los cuales siguen atornillados en el cabildo, le han marchado a los alcaldes y negociando votos y prebendas, aprueban impuestos, valorizaciones y cuanto les proponen.
En el caso de la valorización, la cobran, por decir algo, a los habitantes de la calle 114, para construir andenes en la 170, que no benefician los predios que pagan ese impuesto. Valorización, se traduce en un beneficio económico que recibe una propiedad por la obra que se ejecute. La que ahora se pretende cobrar fue aprobada por los concejales del 2005, seguramente sin estudio alguno, como siempre ocurre en el legislativo del Distrito y según ese acuerdo en mención, se debe cobrar otra cuota en el presente año. No se pensó en la carga que ello traía para los capitalinos, pues ya las elecciones pasaron y tienen 48 meses sin preocupación alguna, y cuando vengan las próximas votaciones, la memoria no registrará semejante descalabro, ni la pésima manera de gobernar y legislar.
Lo grave es que, al parecer, Petro ha entendido la injusticia de cobrar dos impuestos simultáneos -predial y valorización-, pero sus subalternos no. Mientras este presenta modificaciones al Acuerdo que creó la Valorización en el 2005, su directora del IDU, amenaza a la ciudadanía con sanciones, si no cumplen con el pago de algo que va camino a su abolición. ¿Quién puede entender esto?
La ciudadanía está “jarta” con la administración y por eso las enormes colas para firmarle al parlamentario Miguel Gómez los formularios que piden la revocatoria de Petro.
Nadie sabe a manos de cuáles Nule, concejales o corruptos, irán a parar los recaudos de esta valorización. La cultura del pago que se había adquirido, está minada, hay que recuperarla, antes de proceder a establecer nuevos gravámenes aviesos. Por lo pronto, esta valorización, está herida de muerte, mejor no pagarla… hasta que el Concejo resuelva algo… ¡difícil!
Blanco. El merecido galardón por una vida dedicada al periodismo, entregado al colega Antonio Pardo García. Felicitaciones.
Negro. Los desastres del Plan 2.500 de Gallego, encontrados por la ministra Cecilia Álvarez.
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